viernes, 23 de noviembre de 2012

ALGO DE VOCABULARIO DE PLATÓN

Alma. En el texto, Platón hace referencia a la afinidad del alma con las ideas y su proceso de ascensión hasta la idea del Bien. Siguiendo la doctrina del orfismo (doctrina mistérica de la antigua Grecia), Platón concibe al hombre como un ser compuesto de ­­alma y cuerpo. El cuerpo, corruptible y perecedero, es visto por Platón como un lugar (cárcel) de alojamiento temporal del alma. En el Fedro (mito del carro alado), Platón nos relata cómo el alma se aferra en su caída al primer cuerpo que encuentra, y le confiere vida. Alma y cuerpo están unidos accidentalmente, como el barquero y la nave. Al morir el cuerpo, el alma cambia de destino, subiendo o bajando en la jerarquía de las vidas.
En el alma distingue Platón tres partes: a) Concupiscible: reside en el abdomen, y de ella provienen las pasiones inferiores: el hambre, la sed, el deseo sexual. Es mortal. Su virtud es la templanza. b) Irascible: reside en el tórax, y es la fuente de las pasiones nobles. Es inseparable del cuerpo y perece con él en el momento de la muerte. Su virtud es el coraje, valor o fortaleza. c) Racional: reside en la cabeza, y su función es dirigir las operaciones superiores del hombre, conocer las ideas y las verdades eternas. Es de naturaleza divina e inmortal. Su virtud es la sabiduría práctica o prudencia.
Mundo inteligible / mundo sensible (visible). La realidad aparece en Platón dividida en dos mundos: el mundo inteligible o mundo de las ideas, y el mundo sensible o de las cosas materiales. Las cosas del mundo sensible son copias imperfectas de las ideas. A las ideas sólo se tiene acceso mediante la razón, no a través de los sentidos. Son independientes, eternas e inmutables. Están perfectamente jerarquizadas: en la cumbre se encuentran ­la Justicia y la Belleza, y por encima de todas ellas la idea suprema de Bien. El mundo inteligible es el mundo de las ideas, que Platón compara con el mundo de la luz. 



L’ànima es defineix com una idea que, en el món intel.ligible que és el seu lloc per naturalesa si el Bé il.lumina les idees, l’ànima es pot fixar en les idees i llavors adquirir coneixement.
Per exemple, l’ànima es amb els conceptes o idees de justícia, bellesa,…. I al vore’ls, els coneix i els enten i conclueix adquirint coneixement.
Al món sensible, se li congela parcialment al record, però se’n recorda parcialment d’aquest concepte, per tant, cada ànima vora les idees amb diferents formes o graus i les concebra depenent del que recorde, és el que s’anomena reminiscència. Al no estar en el món intel.ligible i estar en el sensible empresonada a un cos, no pot adquirir coneixement, ja que el món, al ser mutable, i els essers i els objectes naixen i pereixen, es a dir, tot està en canvi, i la funció principal de l’ànima és obtindre coneixement, per tant, la seua estada al món sensible serà fins que el cos morga el que li permetra tornar al món intel.ligible. Resposta d'un alumne S.I.P.


“Alló vist”, defineix els objectes que pertanyen al món sensible, i per tant són múltiples i canviants, aquests objectes no més es poden percebre mitjançant la vista, i no es poden comprendre racionalment, es fa necessaria la llum del sol per a percebre’ls, mitjançant l’ànima, són cópies de les idees.
Les Idees són les essències de les coses sensibles i es defineixen mitjançant el terme “alló concebut”, que com s’expressa més a dalt li cal la llum del sol per percebre. Les Idees  pertanyen al món intel.ligible, són eternes i úniques i no es poden percebre per els sentits sinò que sol és poden comprendre racionalment.

Armonía  hace referencia al estado de bienestar o tranquilidad que se vive en una ciudad y que se puede conseguir mediante las leyes o mediante la persuasión, pero entonces la armonía estará condicionada.
Estos dos términos que aparecen en el texto están relacionados entre sí. Para Platón, las leyes debían ser regidas por los gobernantes filósofos que conocían el bien y sabían hacer el bien, lo que se llama intelectualismo ético, ya que habían recibido una educación. Si todas las personas de una ciudad son buenas y sus gobernantes también los son, en esa ciudad habrá una armonía, esto Platón lo defiende en su teoría política. Las leyes deben ser enunciadas por gobernantes filosóficos y la ciudad tendrá una armonía. Platón critica la forma de gobierno de una democracia porque en ese sistema de gobierno es el pueblo el que gobierna, y si el pueblo no conoce la idea de bien, no podrá enunciar las leyes que logren que en esa ciudad haya armonía entre las personas y mediante la fuerza y la persuasión se conseguirá la armonía, pero no será verdadera.


Artes: platón se refiere con esta palabra a las ciencias, en algunos casos, a las matemáticas.


Bien. El término griego agaqon, que traducimos como "bien", significa lo apto, lo apropiado, lo justo, lo que está en su sitio, es decir, que es propiamente aquello que es. Esto es lo que en Platón constituye la noción de "idea". Por eso, la determinación de "idea" es la misma que la determinación de "bien". Quiere esto decir que "bien" coincide con "ser". Aún más, en el bien se condensa la plenitud del ser. La determinación última del ser a la que podemos llegar en el proceso ascensional del conocimiento es la "idea de las ideas". Platón le da el nombre de "la idea del bien". "Del bien" es un genitivo apositivo, y equivale, por tanto, a una aposición. Consecuentemente, la "idea del bien" quiere decir aquella idea que es el bien. El "bien" es la idea suprema. La idea del bien es condición de la posibilidad de la presencia, es la luminosidad por la cual algo puede estar presente, es puro brillo, pura luminosidad. Lo compara metafóricamente con el sol del mito de la caverna. En su conocimiento culmina la dialéctica. El Bien ha de ser la referencia de todo comportamiento ético y de toda actividad política. El que este objetivo aparezca como necesario en la formación de los que han de ser gobernantes, pone de manifiesto la importancia que Platón concede al carácter "político" de la filosofía.

Contemplación.  La teoría del conocimiento platónica se describe como un proceso ascensional que nos lleva a la contemplación de las ideas. Contemplar es ver directamente la realidad del mundo de las ideas, lo cual sólo es posible mediante la razón, no mediante los sentidos. Toda actividad teórica es, para Platón, una cuestión relacionada con la vista. El mismo concepto  de idea significa en griego "visión". Tras ello se encuentra el convencimiento platónico de que es necesario ver la verdadera realidad más allá del mundo sensible, y esta realidad está presidida e iluminada por el Bien.

Dialéctica: Al hablar de ciencia dialéctica Platón habla de lo que se entiende por saber preguntar y responder sobre el verdadero ser de las cosas. Va ligada al verdadero conocimiento y a lo inteligible.
Platón hace una diferencia entre estas dos palabras. Aunque en la metáfora de la línea dividida estas palabras aparecen dentro del Mundo de las Ideas, se advierte la gran diferencia existente entre ambas. La dialéctica, situada en el último y más grande segmento, se refiere a las ideas en sí, a lo inteligible; mientras que las artes (matemáticas) consideradas como puerta de entrada al cosmos noetòs, tiene un fondo más sensible debido a que se basan en hipótesis que no sabemos con certeza si son verdaderas, ya que se basan a menudo en aspectos del Mundo Sensible.

Esencia:  es en Platón lo que una cosa es. Con ella quiere referirse a lo que una cosa es, a la Idea de la misma, lo que es en realidad.
Generación: significa en Platón cambio. Esto es, en el mundo sensible las cosas cambian, siempre en constante devenir. Según Platón, esto es gracias al sol: pongamos un ejemplo grafico: una planta nace, crece y muere gracias al sol. Es decir, el sol provoca el cambio, la generación.
Platón relaciona estos conceptos comparándolos en el mundo sensible y el inteligible: igual que el Sol permite el cambio y devenir en los objetos sensibles sin ser él mismo generación, pues según Platón no cambia, es inmutable, la Idea de bien otorga la esencia a las Ideas, siendo ella misma superior a ellas en poder y dignidad. Es decir, esencia y generación son paralelas en el mundo sensible (donde generación supone cambio y es cualidad otorgada por el Sol, sin ser él mismo generación) y el inteligible (donde la Idea de Bien otorga la esencia al resto de Ideas, siendo ella misma esencia, mas aun, superior a ella en poder y dignidad). Respuestas del alumno A.E.G.


 Idea de Bien: Aquello que proporciona la verdad y la facultad de conocer. También puede aparecer “naturaleza del bien”, que es un sinónimo claro. Entre los dos términos sinónimos, amplía una definición, haciendo una comparación: teniendo a la Idea de Bien como verdadera fuente de saber: “el Sol”, haciéndola superior a la verdad y la ciencia, espejos que reflejan esta Idea Suprema, que parecen serlo pero no llegan a ser verdaderamente la Luz que ilumina plenamente. 

La filosofía platónica se basa en el mundo de las Ideas, la división de lo sensible e imperfecto y lo real y verdadero, alcanzable por la sola razón. Parece que pretende compatibilizar el Movimiento de Heráclito y el Ser de Parménides, dividiendo ontológicamente el mundo entre ideas y cosas sensibles. Como cumbre de su filosofía, la Verdad del conocimiento, el Todo, es la Idea de Bien. Es la perfección; en la alegoría de la caverna la compara con el Sol, que da la luz de la verdad a todo. La Idea de Bien es la culminación de la filosofía platónica, lo que ilumina todo con su luz, lo que da origen a todo.

 Ley  hace referencia a las órdenes realizadas por el gobierno para la posible convivencia entre personas en una misma ciudad. Las leyes no deben ser particulares, sino deben ser para todas las personas, es decir, normas que deben cumplir todos los ciudadanos. 

Participación: Modo de vincularse el Mundo Sensible con el Mundo Inteligible gracias al cual las cosas físicas gozan de cierto ser e inteligibilidad.
      Platón considera que el verdadero ser pertenece a las Ideas y en su conjunto al Mundo Inteligible. Sin embargo, a diferencia de lo que parece defender Parménides, no niega toda realidad a las cosas físicas o perceptibles ni al conjunto de ellas o Mundo Sensible. Las cosas visibles tienen ser pero no un ser perfecto ni genuino: son (así lo expresa metafóricamente en el Mito de la Caverna) como sombras de la auténtica realidad. Las cosas del mundo sensible tienen realidad en la medida en que en ellas de alguna manera se realizan o concretizan las entidades universales o Ideas. Esta vaga forma de hablar es intencionada y responde a la dificultad reconocida por el propio Platón para explicar el modo de vincularse las cosas físicas con las Ideas y de dar estas últimas ser e inteligibilidad a aquellas. Platón emplea dos expresiones para indicar este vínculo entre ambos mundos: en algunos textos nos dice que el Mundo Sensible “participa” del ser del Mundo Inteligible y en otros que “imita” dicho ser. Pero en varios diálogos, y en particular en “Parménides”, se lamenta de la inevitable y tal vez irresoluble oscuridad del problema.


El tema de la virtud en Platón incluye dos cuestiones fundamentales: la relativa al modo en que se puede poseer la virtud y la relativa a su esencia o naturaleza. En cuanto a la primera cuestión vemos en este filósofo la huella del punto de vista intelectualista de su maestro Sócrates: quien posee una virtud posee un cierto conocimiento: no se puede hacer el bien o la justicia si no se sabe qué es el bien y la justicia, del mismo modo que no se puede hacer un trabajo físico determinado, levantar un puente o construir una mesa si no se tiene un conocimiento de ello. En cuanto a la segunda cuestión, el tema de la esencia de la virtud, Platón la concibe como el estado que le corresponde al alma en función de su propia naturaleza. Como en el alma humana encontramos varias partes, a cada una de ellas le convendrá un tipo de virtud determinado: así, la virtud de la parte racional es la sabiduría o prudencia que consiste en el conocimiento de los fines verdaderos de la conducta humana, en el conocimiento de lo que se debe hacer en cada ocasión particular; a la parte irascible le corresponderá la virtud de la fortaleza, disposición de la voluntad merced a la cual podemos realizar la conducta que la prudencia enseña como adecuada en cada momento, realización que pasa en muchas ocasiones por la renuncia a placeres y beneficios propios; finalmente, a la parte concupiscible le corresponderá la virtud de la templanza: disposición moderada de los apetitos que le permite al alma no ser perturbada continuamente por deseos abundantes y excesivamente intensos.




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