miércoles, 5 de diciembre de 2012

Platón (Campos temáticos)



Los Campos temáticos de las posibles Redacciones de Platón

1. Dualismo epistemológico.
2. Dualismo ontológico. La teoría de las Ideas y la Idea de Bien.
3. Dualismo antropológico. Teoría de la reminiscencia.
4. Ética platónica. El intelectualismo moral.
5. Teoría de la educación. Matemáticas y Dialéctica.
6. Teoría del Estado justo y del filósofo gobernante.



1. DUALISMO EPISTEMOLÓGICO. 
El dualismo epistemológico es la teoría que explica el conocimiento dividiéndolo en dos. Platón incurre en dualismo como modo de explicación tanto a nivel de conocimiento, como ahora se verá, como también en los otros otros niveles, cosmológico, ontológico y antropológico. Su teoría de las Ideas puede explicarse, con las debidas especificaciones, en cualquiera de esos niveles. 
Abordando ya la cuestión del dualismo epistemológico lo primero que hay que señalar es que el conocimiento tal y como Platón lo entiende se divide en dos: conocimiento propiamente dicho y opinión. Se conocen las ideas y se opina sobre las cosas sensibles. Y esto es así porque las ideas, el mundo de las ideas es el mismo siempre y a él solo se puede acceder mediante la inteligencia. El conocimiento, para ser verdadero conocimiento ha de ser universal y necesario, es decir, válido para todo el género (universal) y que no pueda ser de otra manera (necesario). Eso solo es posible en el mundo de las Ideas, que son siempre las mismas, no cambian y son también origen de todas las cosas del mundo sensible que sí están sujetas al cambio, al devenir. Así pues, con la inteligencia se pueden conocer las Ideas, pero las cosas del mundo sensible solo son objeto de opinión. Y la razón de esto último es muy clara: de las cosas cambiantes solo se puede tener una opinión que va cambiando con las cosas mismas. Por ejemplo: del Real Madrid solo podemos opinar que en tal o cual partido estuvo mejor o peor y eso además dependerá seguramente de los partidarios de uno u otro equipo. 

Pero cómo puede saberse algo del mundo de las Ideas sin alguna familiaridad con él. A esto responde Platón con la teoría de la reminiscencia, que significa "recuerdo". El alma humana, con motivo de la percepción sensible, con ocasión de ella, recuerda una estancia anterior en el mundo de las Ideas. Cuando el hombre presencia alguna cosa del mundo sensible, por ejemplo una mesa, con los sentidos observa su color, su tamaño, su forma geométrica pero solo sabe lo que es, intelectualmente porque prescindiendo de todo ello "conoce" lo que es, una mesa, para lo cual no tiene ninguna relevancia si esta tiene tres, cuatro o diez patas, si su tamaño es mayor o menor, o si es circular , cuadrada o romboidal. La "meseidad" es la Idea del mundo inteligible que el alma "re-conoce" cuando está ante la mesa sensible. Pero la mesa sensible no contiene su propia esencia (como más tarde admitirá Aristóteles) sino que dicha esencia reside en un Mundo de las Ideas, trascendente a las cosas del Mundo sensible.

Aplicando lo dicho en consonancia con el mito de la caverna y el símil de la línea dividida se podría decir además que cada uno de los dos modos de conocimiento se divide a su vez en otros dos. Es decir, el conocimiento máximo, el de las Ideas propiamente dichas es objeto de la dialéctica. Es la dialéctica, situada en el extremo superior de la línea, la forma de llegar a conocer las Ideas mismas. Mediante la dialéctica el filósofo preparado será capaz de acercarse a la verdad de las Ideas pasando por encima de las hipótesis del segundo segmento, objeto de la dianoia. Las matemáticas están basadas en las hipótesis; la base inicial de la matemática como es la noción misma de "unidad" es una hipótesis puesto que unidad es algo que aplicamos a lo que deseamos en un momento dado: una célula, un tejido, un músculo, una pierna, un hombre... . O bien, las mismas nociones geométricas se basan asimismo en las hipótesis de sus figuras: recta, triángulo, esfera, etc.. que no existen realmente en ningún lugar; son meras hipótesis con las que tratamos de operar como si no lo fueran. 
En el mito de la caverna, las Ideas están fuera y solo son accesibles a aquél que ha salido de ella con gran esfuerzo intelectual. Y como al salir de ella, se ha cegado por la misma luz existente, tendrá que mirar dicha luz en el reflejo de las aguas (dianoia - matemáticas) para ir acostumbrándose poco a poco a la luz cegadora de la Idea de Bien que es lo último que será posible ver y que ilumina a todas las demás ideas. Esa es para Platón la única realidad: la realidad de las Ideas.

En el fondo de la caverna se hallan los prisioneros de lo sensible sujetos con las cadenas de los sentidos y que no ven más que ciertas sombras cambiantes que no son, por tanto, nada reales. Pero los prisioneros no son conscientes de su nula libertad. Como están allí desde pequeños, piensan que no existe ninguna otra realidad. Cuando Platón describe el mito de la caverna a su discípulo Glaucón que piensa que esos prisioneros son muy extraños, el filósofo le contesta rápidamente que son iguales a nosotros. Todos estamos, en principio sujetos a lo sensible y hace falta que alguien nos desate de lo sensible, pero a la fuerza, porque es tanta nuestra costumbre sensorial que cuesta desarraigarse de ella. Por eso, dice Platón que alguien nos ha de desatar (educación) porque de suyo nadie por sí mismo lo hace. Ese primer segmento de la línea dividida es la mera imaginación que es lo más cambiante y que varía por tanto con enorme facilidad. El segundo segmento lo constituye la opinión sensible sobre los objetos que son transportados delante de la hoguera. Esa luz de la hoguera es la luz de lo sensible, luz muy escasa pero suficiente para tener una primera opinión más ajustada a esa realidad sensible y cambiante. Es una opinión física - sensible pero todavía no matematizada. 


GRADOS DECONOCIMIENTO
nombre
OPINIÓN (en griego doxa)
CIENCIA (en griego epistéme) (*)
tipos
conjetura
(eikasía)
creencia
(pístis)
pensamiento discursivo (diánoia)matemáticas fundamentalmente.
dialéctica o ciencia en sentido estricto o inteligencia o filosofía (noûs)
definición
conocimiento sensible basado en la percepción de las sombras y los reflejos
conocimiento basado en la percepción directa de las cosas sensibles
conocimiento racional pero basado en los signos sensibles
conocimiento puramente racional de las Ideas y sus relaciones esenciales, en particular de la Idea de Bien
instrumento del conocimiento
la percepción
la percepción
la razón, pero apoyada en signos sensibles e hipótesis
la pura razón
objeto de conocimiento

MUNDOSENSIBLE
MUNDOINTELIGIBLE
sombras y apariencias de los objetos sensibles
los objetos sensibles y las cosas fabricadas
los objetos matemáticos
las Ideas, principalmente la Idea de Bien
calidad del saber

   De menos -----------------------------------------------------a más.

2.- DUALISMO ONTOLÓGICO. TEORÍA DE LAS IDEAS. LA IDEA DE BIEN.
Todo lo dicho en el punto anterior vale para éste variando, eso sí, el planteamiento que en esta ocasión hay que situar en el ámbito ontológico. Lo que ahora interesa es hacer mención de la realidad del ser. Se trata de mostrar aquí las distintas calidades de "ser" pero el anterior esquema sigue siendo válido. Ahora el ser se localiza en las Ideas que "son" las únicas que son verdaderamente. Más abajo en su condición de ser, son menos los entes matemáticos puesto que su realidad es meramente hipotética. Eso significa que su realidad es la de ser, solo eso, hipótesis. Y descendiendo en la calidad de ser, se sitúan los entes materiales físicos, cambiantes como todo lo que encontramos en el mundo sensible. Y por último, los entes imaginarios que no son nada propiamente sino meros fantasmas en la imaginación de los hombres y sujetos a la enorme variabilidad de ellos y sus vaivenes. el Pero Platón advierte además que existe una dependencia ontológica de lo sensible respecto de lo inteligible. esto quiere decir que, en el orden del ser, las cosas del mundo sensible son porque han sido hechas copiando el Mundo de las Ideas. Platón no requiere de un Dios Creador al modo cristiano pues le basta un demiurgo, un constructor del mundo sensible que copiará (mal) a partir del mundo de las Ideas de tal modo que cada cosa del mundo sensible es una copia del mundo de las Ideas. Pero las cosas sensibles son muchas y las Ideas, menos en cantidad porque la cantidad es precisamente una cualidad tarada del mundo sensible. El original del mundo de las Ideas "permite" muchas copias degeneradas en el mundo sensible. Parece que es eso lo que Platón está muy interesado en mantener: la poca o nula calidad de las cosas sensibles respecto de sus originales (ideas) en el mundo inteligible. Por eso, la sensibilidad queda minusvalorada respecto de la inteligencia. 

Hay que destacar por encima de todo el Ser de la Idea de Bien que es lo máximamente ser, lo que es por encima de todo. Incluso, de alguna manera piensa Platón que es lo que otorga ser a todo lo demás, que es iluminado por ella. Todo lo que tiene ser, lo tiene por participación del Ser máximo de la Idea de Bien. De este modo, se puede afirmar que todo es bueno porque participa en algún grado de la Idea de Bien. Pero la Idea de Bien solo es alcanzable mediante la inteligencia pues es meramente Inteligible, lo cual significa el valor que da Platón a lo espiritual por encima de toda la materia.  Y a la inteligencia por encima de la sensibilidad, como hemos señalado arriba. 



4. ÉTICA PLATÓNICA. EL INTELECTUALISMO MORAL.
El pensamiento ético de Platón (427 – 347 a.C.) como es comprensible, se deduce de su antropología, es decir, de su concepción del hombre. Pero no tenemos ninguna obra de Platón que trate selectivamente de este tema. Su ética la hemos de entresacar de su filosofía que por lo demás está repartida de forma no sistemática en sus escritos. Sus diálogos abordan diversos temas en forma literaria, pero no es difícil apreciar el fondo de su pensamiento. Ha quedado para los estudiosos de la filosofía elaborar la sistematización de sus ideas. 
Para el filósofo griego el hombre está compuesto de dos sustancias, el cuerpo y el alma. Esas dos sustancias son tan distintas como la materia y el espíritu y lo insólito es que estén unidas siendo de naturaleza tan diferente. De la misma forma que el agua y el fuego no se pueden combinar por su distinta naturaleza, asimismo el cuerpo y el alma son irreconciliables y no pueden llevarse bien. Uno prevalecerá sobre el otro. O bien el cuerpo manda y entonces ahoga el espíritu, o bien, mandará el espíritu y entonces deberá someter al cuerpo como un jinete ha de sujetar a su caballo, como sugiere el mito del auriga[1] que nos propone el filósofo griego. Para Platón, el cuerpo es la cárcel del alma, pero ésta es espiritual e inmortal y, por el contrario, el cuerpo material y compuesto. La muerte es claramente la escisión de ambas sustancias y, mientras que el cuerpo se descompone al separarse, el alma escapa hacia otra vida superior. También en esto Platón parece seguir a su maestro Sócrates. La vida moral así entendida consistirá en el trabajo del hombre por liberarse de la esclavitud material del cuerpo y ascender, con la sola inteligencia, al mundo de las Ideas, mundo espiritual que le es familiar al alma. De esta forma, el ateniense se declara contrario al hedonismo[2] porque supone que dar satisfacciones al cuerpo y sus pasiones impide al alma elevarse hacia lo que le es propio, el mundo eidético o de las Ideas. La virtud se entiende así como purificación, como combate del alma contra el cuerpo, combate de lo espiritual que debe imponerse a lo material. El alma desea la verdad que no se encuentra en el sujeto sino más allá, en el mundo de las Ideas, pero el cuerpo tiene unas necesidades materiales inevitables que ha de satisfacer. De esta manera para Platón la falta de virtud se puede identificar con la ignorancia.
 En La República, uno de sus más conocidos diálogos, Platón nos habla de las virtudes principales que hacen referencia a las distintas partes del alma. El siguiente cuadro es ilustrativo también para ver la relación entre ética y política:
  
Partes del alma:
Racional
Irascible
Concupiscible
Virtudes:
Prudencia/ Sabiduría
Fortaleza
Templanza
Situación:
Cabeza
Tórax
Vientre
Carácter:
Inmortal
Mortal
Mortal
Política:
Filósofo - gobernante
Guardianes
Pueblo llano

 La prudencia racional marca al individuo lo que debe hacerse, pero hace falta la fortaleza y la templanza para llevarlo a cabo. El ejercicio constante de esas virtudes hace al hombre y a la ciudad, felices. Si individualmente los hombres consiguen la virtud y con ella la felicidad, también la ciudad, la polis lo será. La virtud que parece faltar, la justicia, es virtud social y consiste precisamente en dar a cada uno lo suyo, lo que significa que cada miembro de la ciudad cumpla su papel y no se trastoque el orden que Platón considera natural: el gobernante deberá gobernar prudentemente, el guardián cumplirá con moderada fortaleza las órdenes del filósofo gobernante y el pueblo llano mantendrá su vida con templanza, es decir, con moderación de los placeres sensibles. Si el orden se invierte y por ejemplo quisiera gobernar un mero guardián, no lo haría con prudencia y por tanto gobernaría mal. Mucho menos, si gobernara alguien del pueblo llano no lo podría hacer bien, puesto que no conoce la Idea de Bien y por tanto no está capacitado para saber qué es lo que más conviene hacer en la práctica. Según el pensamiento platónico, la política va ligada a la ética, lo que significa que el estado ha de organizar las cosas para que la educación selectiva ponga a cada uno en el lugar que le corresponde, según el nivel de conocimiento que alcance. Si el intelectualismo ético es verdadero, el filósofo gobernará teóricamente bien pues conoce la verdad de la Idea de Bien. Para Platón, solo es filósofo el que conoce la Idea de Bien.
            El intelectualismo ético consiste en la convicción de que para hacer el bien hay que saber lo que éste es. Según esta teoría ética, el que sabe lo que es el bien, lo hace necesariamente. Y al revés, si no se hace el bien es que no se percibe con rotundidad lo que significa, es decir, no se hace uno cargo de lo que el bien supone. Los que discuten este principio aducen que, en la práctica los hombres, aún sabiendo lo que tenemos que hacer sin embargo no lo hacemos, y coligen de ahí que por eso somos libres, y que en eso consiste la libertad. La cuestión no es sencilla. Da la impresión de que la historia se desarrolla inconscientemente contando con ese intelectualismo ético, cuando tanto se han esforzado los hombres en la educación de las generaciones, una tras otra. Los Ministerios de Educación de todos los países buscan la mejora en la enseñanza confiando en que si los niños y jóvenes aprenden más, serán mejores y la sociedad avanzará en todos los sentidos. Cuestión distinta será el contenido de los conocimientos más convenientes, pero todos parecen estar de acuerdo en que saber más es condición necesaria para ser mejores. Por vía negativa y con otro ejemplo se puede llegar a la misma conclusión: en los establecimientos penitenciarios se busca que los internos se formen, adquieran conocimientos prácticos y se eduquen en valores para que no vuelvan a delinquir, es decir, para que sean mejores. Y también por vía estadística se puede comprobar que entre los internos de las cárceles abundan los que poseen una educación deficiente o muy escasa. Así pues, la conclusión lógica del intelectualismo ético es que los «ignorantes» hacen el mal, porque no saben lo que es «bueno». Y la propuesta social que pretenden es mejorar el conocimiento a través de la mejora en la calidad de la educación, manteniendo que así mejora la sociedad necesariamente.

5. TEORÍA DE LA EDUCACIÓN. MATEMÁTICAS Y DIALÉCTICA


LA EDUCACIÓN EN PLATÓN.  La educación de los sofistas. En el siglo V a C se produce un cambio en el pensamiento griego. La filosofía pasa de ser una disciplina dedicada casi exclusivamente al estudio de la naturaleza a preguntarse por los problemas propios de la NATURALEZA HUMANA en la pólis. Temas como sociedad, política, ley, comercio son ahora las principales preocupaciones. A través de la educación los sofistas pretende enseñar una serie de destrezas para manejarse en la vida pública. Estos hombres eran maestros itinerantes que provenían de ciudades fuera de Atenas, eran extranjeros (metecos) y cobraban por sus enseñanzas. A la educación tradicional griega esto le resultaba incomprensible y por ello Sócrates les llamaba los prostituidores de la enseñanza. Enseñaban tanto diferentes tipos de conocimientos (el maestro lo sabe y lo comunica al alumno, que se limita a recibir esa información con ACTITUD PASIVA) como a capacitar a los jóvenes para expresarse correctamente en la plaza pública y triunfar en la política o los tribunales. Fundamentalmente estas técnicas referían a la retórica, la argumentación, la oratoria, la lingüística... saber dominar la voluntad de la gente que les está escuchando, convencer, persuadir, engañar, manipular... No hay una verdad que descubrir, sino una opinión que mantener para convencer. Para los sofistas el origen y fundamento de las leyes es el PRINCIPIO DE CONVENCIÓN (nómos). La ley así entendida no es algo inmutable y de origen natural (phýsis) sino un producto del pacto entre los hombres. En este punto hay sofistas que consideran que la naturaleza hace a todos iguales, pero otros consideran que, por naturaleza es el más fuerte el que debe gobernar y hacer las leyes. De este modo, la educación sofística pierde el punto de referencia para la verdad (ESCEPTICISMO) en el conocimiento y para los valores (RELATIVISMO) en la moral y la política. Si sólo importa mantener el poder, persuadir y convencer se termina en posturas como la “ley del más fuerte” y se deja la puerta abierta a políticas demagógicas.


La crítica de Sócrates y Platón. Sócrates aspira a un conocimiento definitivo claro y verdadero sobre los valores morales de los hombres lo que le llevó a rechazar el relativismo de los sofistas. Determinados principios y valores no podían ser producto de la convención o el acuerdo sino que tenían que surgir de la necesidad de la convivencia y la naturaleza humana. Platón también reaccionó contra los sofistas y contra la democracia ateniense, al estar inmersa en luchas entre partidos e intereses personales. Y de aquí surge su propuesta de educación y política.


La propuesta de Platón. El papel de la educación es para Platón el de lograr la elección de determinados individuos que van mostrando capacidades que se perfeccionan hasta alcanzar un alto grado de abstracción. La clave está en separarse de la realidad concreta (imperfecta por estar inmersa en luchas de intereses) para alcanzar núcleos objetivos, bases firmes en las que apoyarnos y que vayan más allá del interés personal. Si no nos ponemos de acuerdo en quién debe pagar más o menos impuestos, al menos sí estamos de acuerdo en lo que es un triángulo. Empecemos por ahí, entonces. Los mejores, los que son más capaces de avanzar en estos estudios (no los mejores en linaje, ni los más ricos, sino los mejores en CAPACIDADES) serán los que tendrán los mejores estudios para avanzar en el conocimiento. Sólo hay una verdad y el método para alcanzarla es una educación correcta basada en el conocimiento verdadero. Lo primero que intenta la educación es “sacar de dentro”, activar las capacidades innatas que toda persona tiene para razonar, discurrir, aprender y conocer. El educador es el guía que ayuda al alumno a salir de la ignorancia, de la caverna. Pero el propio alumno es el que ha de hacer el esfuerzo por salir de la ignorancia y enfrentarse a las dificultades. Además del sentido INTELECTIVO, que pretende un aumento de los conocimientos, la educación en Platón tiene sobre todo un sentido MORAL y ASCÉTICO que se deriva lógicamente del intelectualismo moral. El individuo en su educación introduce orden y armonía en su alma por medio del conocimiento de los valores morales y la moderación de sus instintos. Ya no han de buscar los placeres corporales, sino los espirituales, el bien. Y de ese modo esta persona está más capacitada para gobernar la ciudad, porque busca lo que es justo y mejor para todos y no el bien inmediato para sí mismo. El proceso educativo de los gobernantes en Platón tiene como objetivo final descubrir las ideas y en especial la idea de Bien para obtener buenos gobernantes y sociedades más justas.


LAS MATEMÁTICAS.
La naturaleza de los objetos matemáticos. Los objetos matemáticos para Platón tienen una existencia ideal e inteligible. Existen independientemente de que el ser humano los conozca o no. Pero no tienen el mismo grado de abstracción de las ideas. Aunque un círculo como tal o un punto o una línea no los podemos representar visualmente sí que es cierto que el matemático usa copias para hacer su trabajo. La circularidad viene representada por un círculo dibujado, la triangularidad, la línea, el punto... pero el concepto matemático pertenece al terreno de lo ideal o inteligible. También los números irracionales existen aunque no seamos capaces de representarlos de un modo claro, pues a cualquier persona le resulta imposible hacerse una imagen por ejemplo del número pi , aunque tengamos el símbolo que lo representa.

La Matemática trabaja con axiomas indemostrables que ni prueba ni refuta, la dialéctica trabaja con ideas y las hipótesis que usa, las refuta y perfecciona.


Papel propedéutico (iniciador) del conocimiento abstracto.
Contemplar la simetría, regularidad y perfección de los objetos geométricos hace que el futuro gobernante empiece a introducir dentro de sí los conceptos de orden, estructura, armonía, equilibrio y justicia. Además estos objetos son independientes de la realidad material, con lo que inician al educado en la futura contemplación de lo más abstracto, las Ideas. La disciplina que requiere su estudio, la búsqueda del conocimiento objetivo, también son importantes. En este terreno no cabe disputa posible, nadie puede discutir los lados que tiene un dodecaedro o un icosaedro, una vez que ha entendido lo que es. Lo mismo ha de ocurrir una vez que se llegue al conocimiento de las ideas por medio de la dialéctica. En un último paso se debe dejar de lado esta educación por estar aún atada a la representación gráfica y sensible de los objetos matemáticos y por usar axiomas indemostrados. En un último esfuerzo se llega a la dialéctica, el estudio de las ideas, aunque dialéctica se puede entender en varios sentidos dentro de la filosofía de Platón.

La dialéctica es el escalón superior del conocimiento. Es el conocimiento de las ideas después de haber superado los estadios anteriores del conocer. Es el momento más plenamente intuitivo, volver a ver las ideas en su perfección y haber descubierto la verdad de todas las cosas.


La dialéctica es tanto el proceso o método educativo propuesto por Platón para llegar a descubrir las ideas como el mismo descubrimiento de las ideas. Como proceso educativo consta de una serie de etapas y estudios que ya hemos mostrado antes. Pero lo esencial de la dialéctica no es esto, sino el entrenamiento o educación del alma para ascender gradualmente hacia las ideas, eliminando de cada saber lo que le convierte en una habilidad práctica y manteniendo la esencia de cada saber.


El concepto de dialéctica tiene dos sentidos en Platón:


a) El ascenso de lo sensible a lo inteligible tal como se expone en el mito de la caverna.


b) Método de deducción racional a partir de las ideas (el saber superior, el que no usa hipótesis, sino razonamientos y principios).


En el primer caso la dialéctica platónica intenta ir eliminando lo múltiple para ir quedándose con lo esencial en cada paso que da. Por pasos y niveles se va subiendo el nivel de unidad y abstracción hasta llegar a la idea de Bien. En el segundo caso, una vez que se conocen las ideas, se actúa deductivamente o por principios, como si se aplicaran los conocimientos adquiridos. Esto marca el descenso a la caverna, la dialéctica descendente. 


La dialéctica incluye por tanto en su propia definición la idea de una educación correcta (método dialéctico, que debe pasar necesariamente por el aprendizaje de las matemáticas) que nos lleve a la verdad (dialéctica como intelección de las ideas) y que debemos usar para, más tarde, hacer razonamientos y deducciones que nos sirvan para la aplicación práctica en la política (dialéctica descendente) .


6. TEORÍA DEL ESTADO JUSTO Y DEL FILÓSOFO GOBERNANTE.(PLATÓN: Política y Educación) (Por Izan Peris Martí)

En esta redacción se nos plantea el problema de cuáles son los conocimientos que debe de tener una persona que se encarga del gobierno de la sociedad. ¿Debe recibir formación la persona que gobierna? En ese caso, ¿qué educación deben de recibir los gobernantes para que su tarea sea llevada a cabo lo mejor posible? ¿Debe esa educación ser muy específica y concreta o por el contrario debe ser una formación que raye la universalidad? Basándome en las teorías platónicas, voy a intentar explicar cómo debe de ser la formación que reciba un gobernante haciendo referencia a su filosofía (llamada Teoría de las Ideas), influenciada por la coyuntura ateniense.

Aristócles, más conocido como Platón, nació en el año 427 a.C. en el seno de una familia aristocrática. Su infancia y juventud fueron un periodo políticamente inestable debido a las Guerras del Peloponeso, que culminaron con la derrota de Atenas. Estos hechos influenciaron su pensamiento ya desde su juventud. Tras la derrota, Esparta instauró un periodo de represión con el Gobierno de los Treinta Tiranos. Esto hizo ver a Platón que la tiranía no era una forma de gobierno justa. Al acabar este periodo represivo, se reinstauró de nuevo la democracia existente antes de las Guerras. Por aquel entonces Platón ya era discípulo de Sócrates y tras la vuelta de la democracia, la ejecución de su maestro (el más justo de los hombres) hizo plantearse seriamente a Platón cómo conseguir que la sociedad fuera justa, pues como había experimentado ni la tiranía ni la democracia lo eran. Es por tanto donde Platón empieza a plantearse que la política necesita una solución (la filosofía), pues por lo que pudo ver no había un gobierno justo en su sociedad. Fue entonces cuando viajó a Siracusa para poner en práctica la teoría que gestaba: la forma de que la sociedad fuera justa era que los gobernantes recibieran una educación filosófica, es decir, que fueran filósofos. Es lo que se denomina la doctrina política del filósofo gobernante.
Para que esta doctrina fuera efectiva, los gobernadores deberían ser la élite, entendiendo élite como gobierno de los mejores (aristocracia). “Los mejores” según Platón serian aquellos que tuvieran un alma mayoritariamente racional; de las tres partes del alma, la racional debería ser la que predominara sobre las otras dos (irascible y apetitiva). Así y sólo así sería el modo de que la educación del gobernador surgiera el efecto deseado. Si por el contrario se mostrase el camino a las ideas a una alma irascible u apetitiva, al predominar estos a la razón, no sabrían elegir el modo justo de emplear dicho conocimiento a la realidad (por ejemplo las normas: si se enseña que las normas sociales no son la realidad a un apetitivo, tomará la justicia de un modo diferente a lo “correcto”).

Sin embargo, algunas de las ideas que Platón defiende no son propiamente suyas; su teoría política recibió numerosas influencias de filósofos de la época; aceptó de los pitagóricos que las matemáticas eran sumamente importantes para desarrollar el conocimiento abstracto y racional. Aceptó de Parménides la idea del dualismo epistemológico, por el cual existen dos tipos de conocimiento: la opinión extraída del mundo físico y sensible y el verdadero conocimiento, accesible a la inteligencia. En esta segunda defiende la existencia de un Ser (inmutable, eterno y inteligible), que platón más tarde aceptaría, llamándolo Idea. Asimismo también acepta de Heráclito que la naturaleza sensible es cambiante y por tanto no puede existir conocimiento absoluto de lo cambiante. Por último, de su más querido maestro aceptó el intelectualismo moral, que será su solución a la educación de los gobernantes, así como toda su base sobre la educación.

De todo lo anterior podemos deducir la teoría que creó Platón para intentar crear la sociedad más justa: la Teoría de las Ideas. Según él, existen unas ideas inmateriales e inteligibles que sirven de modelo para crear el mundo sensible. Por tanto, la correcta educación de los gobernantes será llegar al conocimiento de esos conceptos abstractos que rigen la realidad sensible. Estas ideas son solo accesibles mediante un proceso educativo correcto, que para Platón se basaba en primera instancia en el estudio de la matemática para liberar la mente que estaba confundida y oscurecida por la influencia de la información engañosa que recibimos a través de los sentidos. Este primer paso es aceptado de los pitagóricos, que asignaban al razonamiento matemático la vía del conocimiento. En segundo lugar, el gobernante debería recibir un proceso de dialéctica que permitiera a éste llegar al conocimiento por sí mismo de lo que son las ideas. Este proceso dialéctico se basaba, a diferencia de los sofistas que consideraban la educación como un proceso de transmisión pasivo, en un proceso activo de diálogo entre el alumno y el maestro, donde mediante definiciones y diálogo, el maestro logaba que el alumno alcanzara por si solo el conocimiento. El maestro tenía una única función: orientar al alumno para que el mismo lograra el conocimiento de las Ideas.

En este sentido, Platón defiende que la enseñanza no es una transmisión de datos para que el alumno lo memorice, pues en la justicia no pueden aprenderse un número de casos justos, pues nunca se sabe lo que va a poder pasar. Según Platón en nuestro interior ya tenemos una las ideas preconcebidas; lo que ocurre es que los sentidos nublan el conocimiento. Por ello defiende que conocer es como recordar, pues no es más que olvidar esa información engañosa de los sentidos para poder ver lo que en realidad es el conocimiento: las Ideas.

En conclusión, la enseñanza del gobernante debe ser activa: se debe orientar a éste para que alcance el conocimiento de las Ideas y así (siendo un alma racional) será el único modo de que gobierne la sociedad de un modo completamente justo.
FUENTE:  https://sites.google.com/site/filosofiaparaalgunos/platon-campos-tematicos
                  http://0607filosofia.wikispaces.com/Pol%C3%ADtica+y+educaci%C3%B3n

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