La
Restauración borbónica (1875-1902)
Introducción: el
concepto de Restauración
Aunque la Restauración se extiende
desde 1875 (pronunciamiento de Martínez Campos) hasta 1923 (golpe de
Estado de Primo de Rivera), el año 1898 constituye una inflexión
que justifica la división del periodo en dos fases diferenciadas.
La
primera de ellas se caracterizó por la estabilidad constitucional,
la modernización económica y el alejamiento del ejército de la
vida política. Algunos aspectos, no obstante, mostraban ya la crisis
posterior: expansión de los movimientos sociales, crisis colonial y
emergencia de los nacionalismos.
La Restauración se divide en las
siguientes etapas:
-
Reinado personal de Alfonso XII (1875-85)
-
Regencia de Mª Cristina (1885-1902)
- Reinado de Alfonso XIII
(1902 - 1931)
LOS FUNDAMENTOS DE
LA RESTAURACIÓN.
El pronunciamiento de Martínez
Campos en Sagunto (29-XII-1874) impone la Restauración
Borbónica en la persona de Alfonso XII. El nuevo sistema
político que se inicia será configurado por Antonio Cánovas del
Castillo. Se trata de un sistema político conservador, asentado
en el parlamentarismo liberal no democrático. Las bases del nuevo
sistema quedaron recogidas en la Constitución de 1876, de
carácter moderado, aunque abría la posibilidad de incorporar
algunos principios democráticos.
o soberanía
compartida entre Cortes y Corona.
o la
Corona tenía derecho de veto, potestad legislativa compartida y
nombraba ministros.
o las
Cortes eran bicamerales (Congreso y Senado).
o confesionalidad
católica del Estado.
o amplia
declaración de derechos, remitidos a regulación en leyes
ordinarias.
- Los
pilares básicos
del sistema eran la Corona,
los partidos dinásticos y el ejército:
o la
Corona debía ejercer como árbitro de la vida política,
garantizando la alternancia en el poder de las dos fuerzas políticas.
o éstas
eran el Partido Conservador
y el Partido Liberal,
ambos defensores de la dinastía borbónica, que renunciaban al
empleo de la fuerza militar.
o el
ejército aceptó la supremacía del poder civil a cambio de una
cierta autonomía interna.
- La
estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras
carlista y cubana.
o la
derrota carlista supuso la abolición definitiva del régimen foral,
aunque sustituido por un sistema de conciertos económicos.
o en
1878 se firmó la Paz de Zanjón (amnistía, abolición de la
esclavitud y promesa de reformas políticas y administrativas).
- Los
dos partidos dinásticos defendían la monarquía, la Constitución,
la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario
y centralista. Sus bases sociales, apenas diferenciadas, eran las
élites económicas y la clase media acomodada. El Partido
Liberal-Conservador fue dirigido por Cánovas del Castillo y
aglutinaba a los sectores más conservadores. El Partido
Liberal-Fusionista tenía como líder a Práxedes Mateo Sagasta y
reunía a antiguos progresistas, unionistas y republicanos moderados.
Sus diferencias en la práctica política eran escasas, mostrándose
los conservadores más partidarios del inmovilismo político y de la
defensa de la Iglesia y del orden social, mientras los liberales
tendían al reformismo más progresista y laico.
- En
el ejercicio del gobierno se ponía en práctica el
TURNO pacífico
o alternancia regular en
el poder. El método era el siguiente: cuando el partido en el
gobierno sufría un proceso de desgaste, el rey encargaba la
formación de gobierno al partido de la oposición, que convocaba
elecciones que siempre ganaba.
- Para
llevar a cabo este sistema se precisaba
un sistema electoral corrupto. El control del proceso era llevado a
cabo por el ministro de
gobernación (elaboración
de la lista de candidatos que debían salir elegidos o encasillados)
que transmitía sus órdenes a través de los gobernadores civiles a
alcaldes y caciques
locales. Las trampas
electorales o pucherazo
eran habituales: falsificación del censo, manipulación de las actas
electorales, compra de votos y amenazas a los electores. El otro
pilar del sistema lo constituían los caciques,
prohombres locales que controlaban ciertas circunscripciones
electorales, sobre todo rurales.
- El
turno dinástico funcionó con regularidad hasta 1898, aunque
sobrevivió más debilitado hasta 1923. Destacan en el primer periodo
dos hechos:
o el
Pacto del Pardo (1885), tras la muerte de Alfonso XII, entre los dos
grandes partidos que aseguró la estabilidad del sistema.
o el
Gobierno largo de Sagasta (1885-90) pretendió incorporar al sistema
algunos elementos democráticos: abolición de la esclavitud (1888),
Ley de Asociaciones (1887) y sufragio universal masculino (1890).
- En
la práctica, la Restauración
marginó a amplios sectores de la sociedad y de la política:
o el
carlismo, incapaz ya de emprender acciones armadas, se escindió,
surgiendo, entre otros grupos, el Partido Tradicionalista,
antiliberal y defensor de la tradición y la religión.
o el
republicanismo se diversificó inicialmente (posibilistas,
progresistas, federalistas), aunque terminaron por fundar en 1893 la
Unión Republicana.
o el
marxismo contribuyó a fundar en 1879 el PSOE
(Partido Socialista Obrero Español) y en 1888 la UGT
(Unión General de Trabajadores), ambos por iniciativa de Pablo
Iglesias. El PSOE, aunque partidario de la revolución social,
proponía también un programa de reformas y obtuvo su primer
diputado en Cortes en 1910.
o el
anarquismo, estructurado en torno a la FTRE
(Federación de Trabajadores de la Región Española) a partir de
1881, se debatió entre los partidarios de la acción de masas y los
de la acción directa (terrorismo). Estos últimos destacaron en el
periodo 1893-97, con acciones como el asesinato de Cánovas.
1. El sistema
canovista
1.1 Un sistema parlamentario
conservador
El
sistema político de la Restauración está absolutamente ligado
a la figura de Antonio Cánovas
del Castillo. Antiguo
ministro de la Unión Liberal, su pensamiento político fue
reaccionario y antidemocrático, siempre fue contrario al sufragio
universal. Sin embargo, fue un político pragmático y realista que
buscó el consenso entre las fuerzas liberales en las que se cimentó
el régimen de la Restauración. Tras ser el artícife de la vuelta
al trono de los Borbones y configurarse como la gran figura política
del nuevo régimen, fue asesinado en 1897 por el anarquista
Angiolillo.
Cánovas era partidario de mantener a
los Borbones y el viejo sistema liberal antidemocrático
basado en el sufragio censitario. Defendía la idea moderada
de la soberanía compartida de Rey y Cortes, en un punto
intermedio entre el Antiguo Régimen y monarquía democrática de
1869.
Sin embargo, era consciente de que
era necesario renovar el agotado programa de los moderados. Estas
eran las novedades que propuso:
- Alfonso XII debía
reemplazar a la impopular Isabel II. Cánovas consiguió que
la reina renunciara a sus derechos al trono en 1870.
- Había que terminar con
las continuas intervenciones del Ejército, fuente
continua de inestabilidad política.
- Había que crear un sistema
bipartidista basado en dos partidos burgueses que
pacíficamente se fueran turnando en el poder. Estos
dos partidos serían el que él creo, el Partido
Conservador, que debía sustituir al agotado partido
Moderado, y el Partido Liberal, dirigido por el
antiguo progresista Práxedes Mateo Sagasta, que
sería el heredero de los ideales de 1869 adaptados a los
límites del sistema canovista.
La Constitución de 1876
El régimen de la Restauración se
dotó de una nueva constitución que, en lo fundamental, es heredera
de la moderada de 1845. Se reunieron unas Cortes constituyentes con
mayoría canovista. En ellas se debatió y aprobó un anteproyecto
redactado por Alonso Martínez, aunque su verdadero inspirador fue el
propio Canovas del Castillo.
Principales rasgos de la
Constitución:
- Soberanía compartida
Cortes con el Rey. Lo que significaba la negación de la
idea de soberanía nacional.
- Cortes Bicamerales:
- Congreso elegido
- Senado en el que se
representan las clases poderosas del país: senadores “de derecho
propio”: Grandes de España y jerarquías eclesiásticas y
militares, senadores “vitalicios”,
nombrados por el rey y senadores elegidos por
sufragio censitario de los mayores contribuyentes.
Fortalecimiento
del poder de la Corona
que se constituyó como eje del Estado:
- Poder ejecutivo: designación
de los ministros y mando directo del ejército
- Poder legislativo compartido
con las Cortes:
- Derecho de veto absoluto
sobre las leyes aprobadas por las Cortes
- Poder de convocar, suspender
o disolver las Cortes
- Reconocimiento teórico
de derechos y libertades, que en la práctica fueron
limitados o aplazados durante los gobiernos de Cánovas.
- No se especifica el tipo
de sufragio para elegir el Congreso. Posteriormente,
bajo el gobierno del Partido Conservador de Canovas se
aprobó la Ley Electoral de 1878 que establecía el voto
censitario, limitado a los mayores contribuyentes.
- Recorte de la libertad
religiosa. Religión católica es declarada religión
oficial del Estado.
1.2 El turno de partidos
El Reinado de Alfonso XII
(1875-1885): el turno de partidos.
Cánovas diseñó un sistema
basado en el turno pacífico de dos partidos en el poder. El
Partido Conservador, dirigido por el propio Canovas del Castillo y
heredero del moderantismo, y Partido Liberal, liderado por Sagasta,
al que se unirán progresistas y demócratas del Sexenio. Sagasta a
menudo hablaba como un progresista radical, pero actuaba de una
manera moderada y pragmática.
El sistema de turno tuvo la
gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en el
poder, poniendo fin durante un largo periodo al intervencionismo
militar y a los pronunciamientos. Sin embargo, el turno fue un
puro artificio político, destinado a mantener apartados del
poder a las fuerzas que quedaban fuera del estrecho sistema diseñado
por Cánovas: las fuerzas de izquierda, el movimiento obrero, los
regionalismos y nacionalismos.
El turno en el poder no era
la expresión de la voluntad de los electores, sino que los
dirigentes de los partidos lo acordaban y pactaban previamente.
Una vez acordada la alternancia, y el consiguiente disfrute del
presupuesto, se producía el siguiente mecanismo:
- El Rey nombraba un nuevo Jefe de
Gobierno y le otorga el decreto de disolución de Cortes - El nuevo
gobierno convocaba unas elecciones completamente adulteradas,
“fabricaba” los resultados mediante el “encasillado”,
la asignación previa de escaños en los que se dejaba un número
suficiente a la oposición.
Este sistema de adulteración
electoral no fue único de la España de la época, el
“transformismo” en Italia y el “rotativismo” en Portugal
fueron sistemas similares.
1.3
Oligarquía y caciquismo
El caciquismo
El fraude electoral generalizado que
caracterizó el sistema del turno tiene lugar en el contexto de un
país agrario y atrasado. La clave de la adulteración electoral
estaba en los “caciques”, que eran los encargados de
llevar a la práctica los resultados electorales acordados por
las elites de los partidos.
Los caciques eran personajes ricos
e influyentes en la España rural (terratenientes, prestamistas,
notarios, comerciantes...), quienes siguiendo las instrucciones del
Gobernador Civil de cada provincia, amañaban las elecciones. Los
gobernadores habían sido a su vez informados por el ministro de
Gobernación de los resultados que "debían" de salir en
sus provincias, siguiendo el "encasillado" acordado por las
elites políticas.
Los métodos desplegados por los
caciques durante los elecciones fueron muy variados: violencia y
amenazas; cambio de votos por favores (rebajas de
impuestos, sorteo de quintos, saldo de préstamos, agilizar
expedientes que se eternizaban en las oficinas estatales...); o
simplemente trampas en las elecciones, el conocido popularmente como
el “pucherazo”.
La
prematura muerte de
Alfonso XII en 1885 abrió
el período de la Regencia
de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta
la mayoría de edad de Alfonso XIII. Tras la muerte del rey, Cánovas
y Sagasta reafirmaron en el denominado Pacto del Pardo (1885) el
funcionamiento del sistema de turno.
En el denominado "gobierno
largo" de Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de
reforma política:
- 1887 Libertades de cátedra,
asociación y prensa, suprimiendo la censura
- 1890 Sufragio universal
masculino.
- Sin
embargo, el sistema de turno siguió basándose en la
adulteración
sistemática de las elecciones,
aunque el sufragio universal permitió que los republicanos
obtuvieran un puñado de diputados en las ciudades, donde no
funcionaba el caciquismo
2. Los gobiernos del
turno
2.1
El fin de los conflictos bélicos: La estabilidad del régimen
se vio favorecida por el fin de las guerras carlista y cubana. La
restauración borbónica privó a la causa carlista de su
legitimidad, además el esfuerzo militar a lo largo de 1875 hizo
posible la reducción de los núcleos carlistas en Cataluña. En
febrero de 1876, perdidas todas las posiciones carlistas, don Carlos
se exilió a Francia y la guerra se dio por finalizada en todo el
territorio.
Consecuencia
inmediata fue la abolición definitiva del régimen foral, quedando
los vascos sujetos al pago de impuestos y al servicio militar comunes
a todo el Estado, aunque se establecieron “conciertos económicos”
(1878) que consistían en un cierto grado de autonomía.
El
final de la guerra carlista permitió enviar tropas a Cuba, donde en
un par de años se puso fin al conflicto bélico. En 1878 se firmó
la Paz de zanjón, que incluía una amnistía, la abolición de la
esclavitud (aprobada definitivamente en 1888) y la promesa de
reformas políticas y administrativas por las que Cuba tendría
diputados en las Cortes españolas. En 1879 (Guerra Chiquita) el
retraso de estas reformas provoco el inicio de otro conflicto y la
posterior insurrección de 1895.
2.2
La alternancia de los gobiernos: El sistema político de la
restauración se basaba en la existencia de dos grandes partidos, el
conservador y el liberal, que coincidían ideológicamente en lo
esencial. Los dos defendían la monarquía, la Constitución, la
propiedad privada y la consolidación del estado liberal, unitario y
centralista.
El
partido liberal-conservador tenia como líder a ANTONIO CANOVAS DEL
CASTILLO. El partido liberal-fusionista tenia como dirigente a
PRÁXEDES MATEO SAGASTA. Los conservadores eran más proclives al
inmovilismo político y a la defensa de la Iglesia y del orden
social, mientras que los liberales estaban más inclinados hacia el
reformismo de carácter más progresista y laico.
-
Heredero del partido moderado y el ala derecha de la unión
liberal .
-
La base social es la alta burguesía, aristocracia, ejercito,
terratenientes y altos funcionarios. Tiene su bastión en la
España meridional.
-
Sus líderes son Cánovas del Castillo, Silvela, Dato, Maura,
Romero Robledo.
-
Ideología.- sufragio censitario, orden y represión, pocas
libertades y derechos, tradicionalismo y centralismo.
-
Obra legislativa.- Reforma del régimen foral, limitaciones del
régimen de libertades de la Constitución (censura, limitaciones
a la libertad de reunión, sufragio censitario 1881), arancel
proteccionista de 1891.
|
IV.2.-
EL PARTIDO LIBERAL O FUSIONISTA
-
Heredero del partido progresista, ala izquierda de la unión
Liberal y el ala derecha del demócrata
-
La base social es la burguesía media -comerciantes e
industriales, capas medias urbanas..
-
Ideología.- Sufragio Universal, más libertades y jurado popular,
menos centralista y clerical.
-
Obra legislativa.- Leyes de asociación, reunión, libertad de
cátedra, sufragio universal (1890 se impone), código civil
|
Para
el ejercicio político se contemplaba el turno pacífico o
alternancia regular en el poder entre los dos partidos, cuyo objeto
era asegurar la estabilidad institucional. El turno en el poder
quedaba garantizado porque el sistema electoral permitía que el
monarca, cuando el partido en el gobierno se desgastaba políticamente
y perdía confianza en las Cortes, decidiera llamar al jefe del
partido de la oposición para formar gobierno y se convocaban
elecciones. El fraude en los resultados y los mecanismos caciquiles
aseguraban que las elecciones fuesen siempre favorables al gobierno
que las convocaba.
A
lo largo del periodo entre 1876-1898, de todas las elecciones
realizadas, seis fueron ganadas por los conservadores y cuatro por
los liberales.
2.3
La oposición: carlismo y republicanos
Varios grupos políticos,
sociales e ideológicos se opusieron con escaso éxito hasta 1923 al
régimen de la Restauración:
- Los carlistas. Fuerza
cada vez más residual que, finalmente, había decidido
renunciar a las armas. Con fuerza en el País Vasco y
Navarra, nunca consiguieron más del 3% en las elecciones en
que se presentaron.
- Los partidos
republicanos. Con su base social en las clases medias
urbanas, estos grupos defendieron la democratización del
régimen y diversas reformas sociales.
Estuvieron bastante desorganizados, destacando los
republicanos moderados de Melquiades Álvarez y el
Partido Radical Republicano, fundado en 1908 por Alejandro
Lerroux, un político populista y demagogo que en sus
primeros años en la carrera política destacó por su
anticlericalismo.
- El movimiento obrero:
anarquistas y socialistas. Tras el nacimiento de la
sección española de la AIT durante el sexenio gracias a la
labor del anarquista Fanelli y el marxista Lafargue, tras el
golpe de Pavía en 1874 los "internacionalistas",
el movimiento obrero, fue reprimido. Al igual que en toda
Europa, la ruptura entre Marx y Bakunin en el Congreso de La
Haya en 1872 propició la escisión de las fuerzas obreras:
-Anarquistas:
grupo mayoritario en España. Tras la ley de Asociaciones de
1881, aprobada por el gobierno liberal de Sagasta, se
lanzaron a una intensa actividad organizativa y de luchas
sociales. En 1881 nació la Federación de Trabajadores de la
Región Española. En la que destacó Anselmo Lorenzo,
uno de los principales líderes de los inicios del
movimiento anarquista.
- A
partir de 1901 diversos grupos se organizaron en torno a la
publicación “Solidaridad Obrera”. Finalmente en el
Congreso en Barcelona (1910), nació la Confederación
Nacional del Trabajo,
la CNT,
el mayor sindicato español con gran fuerza entre los
obreros agrícolas andaluces y los obreros industriales
catalanes.
-Los anarquistas defendieron una ideología
colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y
revolucionaria.
- Socialistas:
minoritarios en nuestro país. Todavía de forma
clandestina, en 1879 nació en Madrid el Partido
Socialista Obrero España, PSOE, con Pablo
Iglesias como principal figura. En 1888, el PSOE celebró
su primer congreso y se fundó la Unión General de
Trabajadores, la UGT, sindicato socialista.
- Opuestos a los anarquistas, los socialistas mantuvieron
una ideología colectivista, anticlerical y antiburguesa,
pero más moderada que la de la otra gran corriente del
movimiento obrero español. Partidarios de la lucha
política, Pablo Iglesias fue elegido diputado en
1910.
- La oposición
intelectual. Pensadores, profesores universitarios,
novelistas contrarios a un sistema que impedía la
modernización del país y la aproximación a la Europa
avanzada.
- El regionalismo y
nacionalismo en Cataluña y el País Vasco.
3. El surgimiento de
los nacionalismos
A fines del siglo XIX, nacen en
Cataluña y el País Vasco movimientos que cuestionan la existencia
de una única nación española en España. El punto de partida de
los argumentos nacionalistas consiste en afirmar que Cataluña
y el País Vasco son naciones y que, por consecuencia, tienen
derecho al autogobierno. Esta afirmación la basan en la
existencia de unas realidades diferenciales: lengua, derechos
históricos (fueros), cultura y costumbres propias. Estos movimientos
tendrán planteamientos más o menos radicales: desde el
autonomismo al independentismo o separatismo.
Aparecen en aquellas regiones con una
lengua, tradición cultural e Historia propia: Cataluña, País Vaco,
Galicia. Nacen en el Siglo XIX, primero como movimiento cultural y
luego político Influenciado por el romanticismo alemán.
Surgen como
reacción al liberalismo centralista y unificador del siglo XIX. Tras
la crisis del 98, los nacionalismos periféricos proponen regenerar
España con una nueva concepción de Estado.
Ante
el nacionalismo periférico surge el nacionalismo españolista, De
corte conservador, autoritario, tradicionalista y católico que
triunfará en la dictadura de Primo de Rivera y con Franco.
El
surgimiento de los nacionalismos constituyó una reacción al
centralismo y uniformización políticas y su pretensión de imponer
una cultura oficial castellanizada.
3.1 El catalanismo político
Cataluña y los demás reinos de la
Corona de Aragón habían perdido sus leyes y fueros particulares con
los Decretos de Nueva Planta, tras la guerra de Sucesión.
Durante el siglo XIX, el siglo del
nacionalismo en toda Europa, el sentimiento nacionalista se reavivó
entre una burguesía que estaba protagonizando la revolución
industrial. El regionalismo y el nacionalismo catalán se fue
construyendo en varias etapas:
- En
la década de 1830, en pleno período romántico, se inicia la
Renaixença,
movimiento
intelectual, literario y apolítico, basado en la recuperación
de la lengua catalana.
- En 1882, Valentí
Almirall creó el Centre Catalá,
organización política que reivindicaba la autonomía y
denuncia el caciquismo de la España de la Restauración.
Enric
Prat de la Riba fundó
la Unió Catalanista
(1891) de ideología conservadora y católica. Al año siguiente,
esta organización aprueba las denominadas
Bases de Manresa,
programa en el que se reclama el autogobierno
y una división de competencias entre el estado español y la
autonomía catalana. Fuertemente nacionalista, la Unió
Catalanista no tuvo
planteamientos separatistas.
- En 1901 nace la Lliga
Regionalista con Francesc Cambó con
principal dirigente y Prat de la Riba como ideólogo.
Es un partido conservador, católico y burgués con dos
objetivos principales
- Autonomía política
para Cataluña dentro de España. La Lliga nace alejada de
cualquier independentismo. Cambó llegó a participar en
el gobierno de Madrid, pese a no conseguir ninguna reforma
ante el cerrado centralismo de los gobiernos de la
Restauración.
- Defensa de los intereses
económicos de los industriales catalanes. Defensa de
una política comercial proteccionista.
El nacionalismo catalán se extendió
esencialmente entre la burguesía y el campesinado. Mientras tanto,
la clase obrera abrazó mayoritariamente el anarquismo.
3.2 El nacionalismo vasco
A lo largo del siglo XIX, las
sucesivas Guerras Carlistas no supusieron sino derrotas para el
Pueblo Vasco, tras las cuales se fueron eliminando paulatinamente los
Fueros, en un complicado proceso que, iniciado por la Ley de 25 de
octubre de 1839 de Reforma de los Fueros Vascos, culminó con la Ley
de 21 de julio de 1876, que supuso la definitiva liquidación del
ordenamiento foral.
A lo largo del siglo XIX, las
sucesivas Guerras Carlistas no supusieron sino derrotas para el
Pueblo Vasco, tras las cuales se fueron eliminando paulatinamente los
Fueros, en un complicado proceso que, iniciado por la Ley de 25 de
octubre de 1839 de Reforma de los Fueros Vascos, culminó con la Ley
de 21 de julio de 1876, que supuso la definitiva liquidación del
ordenamiento foral.
La defensa de los fueros vascos quedó
ligada a la causa carlista durante el siglo XIX. Las sucesivas
derrotas de los absolutistas llevaron a la abolición de los
fueros en 1876. La burguesía vizcaína, enriquecida por
la naciente revolución industrial, fue el terreno social en el que
nació el nacionalismo vasco.
El
Partido Nacionalista
Vasco, PNV,
(Euzko Alderdi Jeltzalea, EAJ) fue fundado por Sabino
Arana Goiri en 1895. Este
hombre, nacido en el seno de una familia carlista y ultracatólica,
formuló los fundamentos ideológicos del nacionalismo vasco:
Independencia
de Euskadi y creación de un estado vasco independiente en el que se
incluirían siete territorios, cuatro españoles (Vizcaya,
Guipúzcoa, Álava, Navarra) y tres franceses (Lapurdi, Benafarroa y
Zuberoa)
- Radicalismo antiespañol
- Exaltación
de la etnia vasca y búsqueda del mantenimiento de la
pureza racial. Esta actitud racista implicaba
la oposición matrimonio vascos y maketos
(habitantes del País Vasco procedentes de otras zonas
de España), rechazo y desprecio ante estos inmigrantes,
en su mayoría obreros industriales.
- Integrismo
religioso católico:
Arana afirmó “Euskadi se establecerá sobre una completa
e incondicional subordinación de lo político a lo
religioso, del Estado a la Iglesia”. El lema del PNV será
“Dios y Leyes
Viejas” Este
aspecto es un claro elemento de continuidad con el carlismo.
- Promoción del idioma y de
las tradiciones culturales vascas. Euskaldunización
de la sociedad vasca y rechazo de la influencia cultural
española, calificada de extranjera y perniciosa.
- Idealización y
apología de un mítico mundo rural vasco,
contrapuesto a la sociedad industrial "españolizada".
- Conservadurismo
ideológico, tanto en el terreno social como en el
político, que lleva al enfrentamiento con el PSOE,
principal organización obrera en Vizcaya.
- Denuncia del carácter
españolista del carlismo.
La influencia social y geográfica
del nacionalismo vasco fue desigual:
- Se extendió sobre todo
entre la pequeña y media burguesía, y en el mundo rural.
La gran burguesía industrial y financiera se distanció del
nacionalismo, y el proletariado, procedente en su mayor
parte de otras regiones españolas, abrazó mayoritariamente
el socialismo.
- Se extendió en Vizcaya y
Guipúzcoa. Su influencia en Álava y Navarra fue mucho
menor.
3.3
Otros regionalismos (galleguismo, valencianismo, andalucismo)
El nacionalismo o regionalismo
gallego y valenciano, finalmente, fueron fenómenos muy
minoritarios.
REGIONALISMO
GALLEGO: O Rexurdimiento. Redescubrimiento literario de la lengua
y cultura gallega. Movimiento político minoritario. Alfredo Brañas.
REGIONALISMO
VALENCIANO: Fenómeno minoritario y tardío
REGIONALISMO ANDALUZ: Surge en
torno a la figura de Blas Infante El sentimiento andalucista estaba
ligado a la reivindicación de la figura del jornalero, la tierra
como identidad del pueblo andaluz y la distribución equitativa de la
misma
4. La política
económica
4.1
Las crisis agrarias: La subida de los
precios de los cereales en el interior(Crisis
cerealística: 1879-82) debido a las
malas cosechas produjo la importación masiva de cereales desde Rusia
y EE.UU. Estas importaciones causan la bajada de los precios: caída
de los precios interiores por la menor demanda de productos
nacionales, esto supone la ruina de los productores del interior y
exigen la imposición de un arancel.
Consecuencia de la llegada a Europa
de productos EEUU y rusos son las mejoras de las comunicaciones.
En las tradicionales zonas
cerealistas (Castilla) importante caída de los beneficios, comienzan
las protestas de los propietarios que intentaran rebajar los
salarios y darán paso a las revueltas campesinas hasta bien entrado
el siglo XX.
Se da una crisis en la viticultura
provocada por el aumento de las viñas por las necesidades
francesas, desde 1878 en Francia
hay una plaga de la filoxera. Lo que provoca un auge, hay un aumento
de las exportaciones españolas, pero la filoxera también alcanza
nuestro país y se extenderá rápidamente, teniéndose que
replantase todos los viñedos aumentando, en consecuencia, la
conflictividad agraria. Se acaba así esta época dorada de la
viticultura.
Las exportaciones de aceite de oliva
y cítricos contribuyen a disminuir la crisis ya que hay un aumento
de las exportaciones.
En síntesis, la España de la
Restauración pasó de ser un país agrícola a poder ser
considerado también como minero. Su comercio exterior,
que se desarrolló mucho, se dirigía principalmente hacia
Gran Bretaña, Francia y Cuba, y los productos más importantes
fueron el hierro y el vino.
4.2
El retorno al proteccionismo
En 1870 aparecen
los aranceles por toda Europa. En España Cánovas en 1891 aprueba un
arancel, ante la presión de la Liga Agraria y
los industriales vascos. Se intentaba proteger la producción
española. Como consecuencia del proteccionismo, los precios
interiores subieron y las rentas disponibles bajaron
considerablemente. Pero, no se mejora el nivel de vida al
disminuir las rentas disponibles, no se
mejoraron los ingresos de las clases más desfavorecidas y fue
causa del modesto desarrollo español de finales de siglo.
5. La crisis del 98
5.1 Los problemas en Cuba: El
imperio colonial ultramarino español
Tras la independencia de la mayor
parte del imperio a inicios del siglo XIX (Ayacucho, 1824), sólo las
islas antillanas de Cuba y Puerto Rico, y el
archipiélago de las Filipinas en sudeste asiático
continuaron formando parte del imperio español.
Cuba
y Puerto Rico basaban su economía en la agricultura
de exportación,
esencialmente basada en el azúcar
de caña y el tabaco,
en la que trabajaba mano de obra negra esclava. Eran unas colonias
que alcanzaron un importante
desarrollo y que eran muy
lucrativas para la
metrópoli. Cuba se
convirtió en la primera productora de azúcar del mundo.
Las duras leyes arancelarias
impuestas por el gobierno de Madrid convirtieron estos territorios en
un "mercado cautivo" de los textiles catalanes o las
harinas castellanas. Esta situación perjudicaba claramente a las
islas antillana que podían encontrar productos mejores y más
baratos en los vecinos Estados Unidos.
En
Cuba y Puerto Rico, la hegemonía española fue basando cada vez
más en la defensa de los intereses de una reducida oligarquía
esclavista, beneficiada
por la relación comercial con la metrópoli.
El caso filipino era bien diferente.
Aquí la población española era escasa y muy pocos capitales
invertidos. El dominio español se sustentaba en una pequeña
presencia militar y, sobre todo, en el poder de las órdenes
religiosas
El problema cubano y la guerra
con Estados Unidos
La Guerra Larga (1868-1878),
saldada con la Paz de Zanjón, había sido un primer aviso serio de
las aspiraciones independentistas cubanas.
La
ausencia de reformas facilitó el que el anticolonialismo se
desarrollará pese a la represión. José
Rizal en Filipinas y José
Martí en Cuba se
configuraron con figuras claves del nacionalismo independentista
filipino y cubano.
5.2 Las sublevaciones de Cuba y
Filipinas
En
1895
estallaron de nuevo insurrecciones
independentistas en Filipinas y Cuba.
Una dura y cruel guerra volvió a provocar que decenas de miles de
soldados procedentes de las clases más humildes fueran embarcados
hacia esas distantes islas.
La gran novedad va a ser la
ayuda estadounidense a los rebeldes cubanos. Washington ayudó
a los insurrectos caribeños esencialmente por dos razones:
- Intereses económicos
mineros y agrícolas. Cuba era la primera productora del
mundo de azúcar.
- Interés geoestratégico.
El naciente imperialismo norteamericano buscaba el dominio
del Caribe y Centroamérica. Lo que denominaban su back
courtyard (patio trasero).
En realidad, el enfrentamiento que se
aproximaba en Cuba mostraba la pugna entre un imperialismo moribundo,
el español, y uno que estaba naciendo y que iba a marcar los tiempos
posteriores, el norteamericano.
La aún inexplicada explosión en el
navío norteamericano Maine en el puerto de La
Habana, explosión que costó la vida de 260 marinos estadounidenses,
propició una furibunda campaña periodística de las cadenas
de Pulitzer y Hearst. El gobierno norteamericano del presidente
McKinley, alentado por una opinión pública cada vez más
belicista, declaró la guerra a España.
El conflicto fue un paseo
militar para Estados Unidos que conquistó Cuba, Puerto Rico y
Filipinas.
España
firmó la Paz de París en diciembre de 1898. Por este
acuerdo, España cedió a EE.UU. la isla de Puerto Rico,
que hoy sigue siendo un estado asociado de EE.UU., Filipinas y
la Isla de Guam en el Pacífico. Cuba alcanzaba la
independencia bajo la “protección” estadounidense
(Enmienda Platt y base militar de Guantánamo).
La
sustitución del dominio español por el norteamericano engendró
un profundo descontento en las antiguas colonias. EE.UU. tuvo que
hacer frente a una guerra
en Filipinas (1889-1902) y
en Cuba el sentimiento
antinorteamericano se
extendió por amplias capas sociales.
Desde la perspectiva española, las
pérdida de las últimas colonias vino a denominarse el “Desastre
del 98” y tuvo una importante influencia en la conciencia
nacional. La irresponsabilidad de los gobiernos de la
Restauración habían llevado a una situación que costó la vida de
decenas de miles de españoles, primero en la guerra contra los
insurrectos cubanos, después en una guerra contra Estados Unidos que
no se podía afrontar.
5.3 La intervención de EE.UU.
La gran novedad va a ser la ayuda
estadounidense a los rebeldes cubanos. Washington ayudó a los
insurrectos caribeños esencialmente por dos razones:
- Intereses económicos
mineros y agrícolas. Cuba era la primera productora del
mundo de azúcar.
- Interés geoestratégico.
El naciente imperialismo norteamericano buscaba el dominio
del Caribe y Centroamérica. Lo que denominaban su back
courtyard (patio trasero).
En realidad, el enfrentamiento que se
aproximaba en Cuba mostraba la pugna entre un imperialismo moribundo,
el español, y uno que estaba naciendo y que iba a marcar los tiempos
posteriores, el norteamericano.
La aún inexplicada explosión en el
navío norteamericano Maine en el puerto de La
Habana, explosión que costó la vida de 260 marinos estadounidenses,
propició una furibunda campaña periodística de las cadenas
de Pulitzer y Hearst. El gobierno norteamericano del presidente
McKinley, alentado por una opinión pública cada vez más
belicista, declaró la guerra a España.
El conflicto fue un paseo militar
para Estados Unidos que conquistó Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
España
firmó la Paz de París
en diciembre de 1898.
Por este acuerdo, España
cedió a EE.UU. la isla de
Puerto Rico,
que hoy sigue siendo un estado asociado de EE.UU., Filipinas
y la Isla de Guam
en el Pacífico. Cuba
alcanzaba la independencia
bajo la “protección” estadounidense
(Enmienda Platt y base militar de Guantánamo).
5.4 Las repercusiones del
“desastre” del 98
Aunque desde una perspectiva
económica, no se puede hablar de desastre:
- El fin de la guerra guerra
permitió al ministro Fernández Villaverde abordar algunas
reformas necesarias en el sistema de impuestos y en la
emisión de deuda, lo que supuso un saneamiento de la
situación de la Hacienda. Por primera vez en mucho tiempo,
el estado español tuvo superavit a principios del siglo XX.
- La pérdida de las colonias
supuso una importante repatriación de capitales que fueron
invertidos en la economía peninsular.
- España no perdió la escasa
presencia que ya se tenía en los mercados latinoamericanos.
Sin
embargo, la apabullante derrota ante EE.UU. y la pérdida
de más de 50.000 combatientes provocó una intensa conmoción
en la sociedad española en todos los ámbitos. Políticos del
régimen canovista como Francisco Silvela, que escribió "España
sin pulso"; opositores socialistas o republicanos; intelectuales
como Joaquín Costa; todos sintieron la pérdida de las colonias como
el Desastre del 98 .
- Esta
conmoción nacional provocó una profunda crisis de la
conciencia nacional que marcó la obra crítica de los
diversos autores que componen la generación
del 98 (Unamuno,
Baroja, Maeztu...)
- Propuestas de reforma y
modernización política como el Regeneracionismo,
con una doble vertiente de reforma política y de reforma
educativa
- Mayor empuje y presencia
de los nacionalismos periféricos, ante una evidente
crisis de "la idea de España".
LAS
CONSECUENCIAS DEL 98.
- La
derrota de 1898 sumió a la sociedad española y a su clase política
en el desencanto: destrucción del mito del imperio español,
relegación del país a un papel secundario en el contexto
internacional...
- A
pesar de la envergadura del desastre, sus repercusiones políticas,
económicas y sociales fueron menores de lo esperado: la Restauración
sobrevivió y la economía mantuvo sus cifras. Sólo en lo moral y en
la expansión de los movimientos nacionalistas el eco fue mayor.
- Surgieron
movimientos que criticaban el sistema de la Restauración y
propugnaban una regeneración
y modernización de la política española. El pensamiento de Joaquín
Costa resume estos
postulados: escuela y despensa . Asimismo es el momento de la
denominada Generación del
98, marcada por un
profundo pesimismo, su crítica frente al atraso peninsular y una
reflexión sobre la idea de España.
- La
derrota militar también supuso un cambio en la mentalidad de los
militares, ahora más autoritaria e intransigente, lo que llevó al
retorno a la injerencia militar en la vida política española.
- Los
intentos reformistas del nuevo gobierno (1899, presidido por Silvela)
acabaron en fracaso, volviéndose sin solución de continuidad al
turno y a las viejas prácticas políticas.
5.5
El regeneracionismo
La derrota de 1898 había puesto de
relieve de forma trágica y súbita todas las limitaciones del
régimen de la Restauración y su parálisis a la hora de
afrontar los problemas sociales y la modernización del país.
El
Regeneracionismo de Joaquín Costa fue la principal
expresión de una renovada conciencia nacional que aspiraba a la
reforma del país. El pensamiento de Costa se basó en una crítica
radical al sistema caciquil que había impedido la implantación
de una verdadera democracia basada en las clases medias y la
modernización económica y social del país.
Conclusión: la
pervivencia del sistema de la Restauración
La Restauración fue uno de los
periodos políticos más largos y estables de la Historia española.
Cánovas, además, consiguió integrar en el sistema a los dos
grandes partidos y el protagonismo civil. Durante la primera etapa de
la Restauración, hasta 1898, el pactismo dominó la escena política
española. Eso sí, en ese pactismo solo participaron las clases
oligárquicas.
Pero también cometió errores. El
sistema solo representaba a la oligarquía, dejo fuera del sistema a
la pequeña burguesía y al proletariado, suprimió los fueros y no
entendió el nacionalismo, así como no supo entender el problema
colonial.
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