No sé si debo hablaros de las
primeras meditaciones que hice allí, pues son tan metafísicas y tan fuera de lo
común, que quizá no gusten a todo el mundo (30).
Sin embargo, para que se pueda
apreciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes, me veo en cierta
manera obligado a decir algo de esas reflexiones. Tiempo ha que había advertido
que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario seguir opiniones que
sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho ya en la
parte anterior; pero, deseando yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar
la verdad, pensé que debía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente
falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si,
después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente
indudable. Así, puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer
que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la
imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los
más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba
tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las
razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin,
considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos
pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea
verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían
entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.
Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso,
era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta
verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más
extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla,
juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía
que andaba buscando. DESCARTES. DISCURSO DEL MÉTODO. PARTE IV
1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la
estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.
Este texto constituye un fragmento
de la cuarta parte de “El discurso del Método” y hace referencia principalmente
a la duda metódica, así como el proceso que sigue en esta y la consecuencia
última de dicho proceso.
Se trata de un texto
argumentativo puesto que podemos encontrar en él tres argumentos de la
filosofía cartesiana y entre ellos, el más importante, el punto de partida por
el cual podrá construir el edificio del conocimiento, el famoso “Cogito ergo
sum”. Estos argumentos son:
El primer argumento pertenece a
la segunda máxima de la moral provisional de Descartes. Se puede localizar en
las líneas 4 y 5. Afirma que es necesario mantenerse firme y resuelto en las
decisiones que tomemos y en las opiniones que sigamos, aunque dudemos de su
certeza.
El segundo argumento se trata de
la duda metódica, a través de la cual Descartes rechazará las distintas formas
del conocimiento, la sensible y la inteligible, con el objetivo de llegar a una
primera verdad indudable que sea punto de partida de su filosofía. Esta duda es
un instrumento para rebatir así el escepticismo, llegando a la primera verdad
fundamental.
El tercer argumento es punto de
partida de todo el conocimiento verdadero. Se trata del famoso “Pienso, luego
existo” por el que Descartes descubre por intuición que el pensar es
consecuencia y relación de existir, y como él duda, él piensa y por tanto
concluye que él existe. De esta forma ha llegado a la primera verdad, que se
presenta como evidente (clara y distinta).
Tras haber analizado los
distintos argumentos podemos dar paso a la estructura formal del texto. El
texto puede dividirse así en 3 partes diferenciadas en referencia a los 3
argumentos previamente explicados.
1ª parte: (hasta la línea 5).
Podemos nombrarla como la introducción al carácter metafísico del texto y da
pie al primer argumento, la segunda máxima de la moral provisional. A partir de
esto, comienza la duda metódica ya que ahora busca alcanzar la verdad y no
simplemente salir de la parálisis de la inactividad.
2ª parte: (hasta la línea 15).
Hace referencia a la duda metódica explicada anteriormente, es decir el proceso
por el que rechaza las distintas formas de conocimiento para quedarse
únicamente con un principio indudable, EL YO.
3ª parte: (hasta el final del
texto). Consiste en el descubrimiento de la primera verdad, el “Cogito”, y a
partir de la cual desarrollará toda su filosofía. Constituye la primera verdad
universal y se presenta como evidente, es decir, clara y distinta.
En conclusión, es un texto
argumentativo y se divide en tres partes correspondientes a cada argumento y
trata de la duda metódica, clave para la filosofía cartesiana.
2-. Define el término “verdad” y
“creencia” partiendo de la información ofrecida por el texto y completándola
con los conocimientos que tengas de la filosofía del autor. (2 puntos).
El término “verdad” se localiza
en las líneas 6 y 16 mientras que el de “creencia” únicamente en la 8. Ambos
son fundamentales en la filosofía cartesiana y están muy interrelacionados.
-“VERDAD”: con este término
Descartes hace referencia al objetivo del método y de la filosofía. Al indagar
sobre la verdad, busca el conocimiento que se presenta como indudable y de
forma evidente, es decir de forma clara y distinta. Este es el criterio de
verdad de Descartes a partir del cual evolucionará en el conocimiento hasta la
demostración de la realidad extramental. El proceso que seguirá para llegar
hasta la verdad primero es el de la duda metódica, por la que rechaza las
formas del conocimiento que presenten me presenten dudas, llegando así al
“cogito ergo sum”. A partir de la relación entre verdad y realidad podrá
demostrar la existencia del mundo. El método podemos decir que es la
herramienta indispensable para alcanzar la verdad.
- “CREENCIA”: es el tipo de
conocimiento en un grado mucho menor que el de la certeza. Las creencias pueden
ser verdad o no. Cuando lo sean se trataran de certezas mientras que cuando se
presenten como dudas deben ser rechazadas (por la duda metódica) por la
posibilidad de falsedad en ellas. Con la duda metódica, Descartes analiza todos
los elementos de su creencia que ha adquirido hasta la fecha y descartará todo
lo dudoso para quedarse con lo claro y lo distinto, esto es, lo evidente.
La interrelación que existe entre
los dos términos es clara. La creencia, en un primer estado de plena
subjetividad, puede ser verdadera o no. A través del criterio de verdad,
presente en el método y aplicado en la duda metódica, sabremos cuales de esas
creencias son verdad al ser evidentes y así tomarlas como base del
conocimiento.
3-. REDACCIÓN: la duda metódica
en la filosofía y en la moral cartesiana. (5 puntos).
La duda metódica cartesiana
consiste en la aplicación del método de Descartes para poder alcanzar una
verdad universal y fundamental que sirva de base del conocimiento y de la
realidad. Esta duda metódica se expone en la IV parte de “El discurso del
método” y es posterior a la moral provisional cartesiana. Para entender la duda
metódica cabe preguntarse cuestiones como: ¿qué proceso sigue en la duda
metódica?, ¿qué consecuencias tendrá?, ¿qué relación tiene con la moral?... A
continuación expondré el proceso metódico de duda que sigue Descartes, los
problemas y soluciones que produce y su relación con la moral provisional del
Discurso III.
La duda metódica surge como forma
de rebatir el escepticismo y poder hayar una verdad evidente en la que
fundamentar su filosofía. Para conseguirlo, Descartes se pone en la piel del
escéptico y duda de todo conocimiento adquirido hasta la fecha. De esta forma,
y siguiendo el criterio de verdad, podrá descartar todas las ideas que
presenten duda y quedarse únicamente con las claras y distintas e incapaces de
ser sujeto de discusión con los escépticos.
En primer lugar, duda del
conocimiento sensible, aquel que proviene de la experiencia y por la actuación
de los sentidos. Los sentidos me engañan muchas veces y por lo tanto no hay
nada que me lleva a pensar que no lo hagan siempre y por tanto son dudosos. Con
este argumento demuestra que no nos podemos fiar de la apariencia de lo que
percibimos por medio de los sentidos. Por otra parte, como no podemos
distinguir la vigilia del sueño, no nos podemos fiar de la existencia de lo
percibido sensorialmente. En segundo lugar, duda sobre el conocimiento
inteligible (matemáticas y geometría) Este, en un principio, parece ser
verdadero pues es exacto y supera la prueba del sueño, sin embargo surge el
problema de la duda hiperbólica, por la que un genio maligno nos engañaría
haciéndonos creer que este conocimiento es verdadero cuando no lo es. Esta duda
causada por el Dios engañador es poco probable pero posible y en consecuencia
dudamos, por tanto debe ser descartada. Finalmente, se da cuenta que está
dudando y que por consiguiente esta pensando. Por medio de la intuición percibe
que entre pensamiento y existencia hay una relación necesaria y que por tanto
concluye que como él piensa, existe. Se trata del YO, el sujeto pensante, puro
pensamiento. A raíz de esto surge el problema del solipsismo, el cual busca
contrargumentar por medio de la existencia de la realidad extramental.
Seguidamente, comienza la fase
deductiva por la que busca clasificar los conocimientos en tipos de idea y
estas se construyen de la siguiente manera: ideas adventicias, facticias e
innatas. Las ideas adventicias provienen de los sentidos, por tanto no puedo
fiarme de ellas. Las ideas facticias provienen de la propia imaginación y por
tanto, tampoco son fiables. Finalmente, se encuentra con las ideas innatas ,
que son propias de la naturaleza del hombre. Estas deben de haber sido puestas
en nosotros por un ser superior. A partir de estas ideas, busca la demostración
de la existencia de Dios y consiguientemente la demostración de la realidad
extramental para salir, de esta forma, del solipsismo.
La relación existente entre la
duda metódica y la moral de Descartes es muy simple y puede explicarse de
manera temporal. Descartes desarrolla una moral provisional puesto que es
necesaria para evitar la inactividad. Yo puedo dudar de todo, suspender mi
juicio pero no puedo paralizar el obrar, por lo tanto esta moral responde al
objetivo de servir de guía en el comportamiento de manera provisional hasta que
termine con la duda metódica y pueda hallar la verdad y certeza y así
desarrollar una moral definitiva. Pero en este terreno nada tiene que hacer la
duda metódica puesto que no es posible dejar de obrar ni dejarlo para después,
como reconoce el mismo Descartes al comienzo del texto. Señalar asimismo que,
en “El discurso del método” la moral se localiza en el capítulo III mientras
que la duda metódica en el IV, y podemos decir así que la precede. De esta
forma se concluye que la moral provisional será vigente hasta el momento en que
Descartes desarrolle una nueva basada en la verdad.
En conclusión, la duda metódica
es una parte fundamental de la filosofía de Descartes pues implica el
descubrimiento de la primera verdad, a través de la cual desarrollará el
conocimiento y podrá demostrar la realidad extramental. Pero esa misma duda
metódica no se aplica a la moral. Una moral con carácter provisional, aunque
Descartes nunca llegó a desarrollar la definitiva.
4-. Comenta brevemente cualquier
aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues importante en alguno de
estos sentidos: por su relación con otros filósofos, con hechos históricos
relevantes o con rasgos significativos del mundo contemporáneo. (1 punto).
DESCARTES EN CONTRAPOSICIÓN AL
EMPIRISMO.
El Racionalismo y el Empirismo
son dos corrientes filosóficas nacidas entre el siglo XVII y XVIII en Europa.
El Empirismo se desarrolló principalmente en las islas británicas mientras que
el Racionalismo en Europa continental. Sus diferencias radican en lo
fundamental y ambas se centran en la epistemología.
En primer lugar, el Racionalismo
nace con Descartes y tiene también como grandes exponentes a Leibniz y Spinoza.
Se fundamenta en que el conocimiento parte del razonamiento y la desconfianza
total en los sentidos. Utilizan el modelo analítico-deductivo de las
matemáticas y creen en las ideas innatas, como base de su filosofía. Critican
el empirismo en cuanto que no es vivible puesto que lleva a un escepticismo
destacado y que su base se contradice pues por los sentidos no se puede conocer
que los sentidos son el único medio fiable para alcanzar la verdad.
Por otra parte, el empirismo nace
con Hume y es desarrollado por filósofos como Locke y Berkeley. Se fundamenta
en el conocimiento sensible, es decir a partir de la experiencia y rechaza la
razón como forma de conocimiento debido a que se basa en la imaginación y en la
especulación en el vacío. Descartan por completo las ideas innatas y es tomado
principalmente de la física, es decir, el modelo inductivo, de lo particular a
lo general.
En conclusión, el empirismo y el
racionalismo se relacionan en sus objetivos epistemológicos, especialmente en
la creación de métodos para las ciencias y para la filosofía. Sin embargo se
diferencian en lo fundamental, la base de su conocimiento que radica en
completas diferencias en sus procesos metodológicos para alcanzar la verdad.
Exámenes resueltos por alumnos. SEPTIEMBRE DE 2012
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