sábado, 2 de enero de 2016

Ideas de los comentarios de Platón

Los textos de comentarios de Platón hacen referencia a tres pasajes interrelacionados en los que la teoría de las ideas recibe una nueva elaboración: 1º) el pasaje sobre el sol y la idea del Bien, 2º) el pasaje sobre la línea dividida y 3º) el símil de la caverna.

1.- El pasaje del sol.

Platón hace la introducción al primer pasaje señalando que las definiciones de virtudes por medio de tres elementos del alma eran accesorias. Sólo se puede conocer perfectamente la justicia y las demás virtudes a la luz de algo más grande que ellas. Este sublime objeto del conocimiento es la idea de Bien, que es la que asociada a la justicia y a las demás virtudes las hace útiles y beneficiosas. La superioridad de la idea del Bien sobre las demás ideas es evidente por el siguiente razonamiento: casi todo el mundo elige lo que le parece bueno y justo. Toda alma persigue lo que es bueno, y por ello hace lo que hace, barruntando que hay tal clase de cosas. El entendimiento capta más nítidamente su objeto a la luz de la idea de Bien. Esto es lo que proporciona la verdad a los objetos del conocimiento y la facultad de conocer al que conoce.

La idea de Bien es la fuente del conocimiento y de la cognoscibilidad, el principio explicativo del mundo de las Ideas. A las cosas inteligibles no sólo les adviene por obra del Bien su cualidad de inteligibles, sino también se les añaden el ser y la esencia. Explicar la existencia de las demás Ideas en relación con la Idea del Bien es correcto sólo si ésta es realmente el fundamento de su ser.

Hemos de tener en cuenta, en primer que las funciones asignadas a la Idea de Bien tienen relación con el mundo de las Ideas, no con el mundo sensible. Las ideas en sí existen y son conocidas en virtud de su relación con la Idea de Bien.

Cabe suponer que así como pensaba que la sabiduría era esencialmente el conocimiento del Bien, concebía el valor, la templanza y la justicia como búsquedas del Bien.

Platón le asigna a la Idea del Bien una importancia que excede la meramente ética. La califica como lo que proporciona la verdad a los objetos de conocimiento y la facultad de conocer al que conoce, es por lo tanto la auténtica y verdadera causa del mundo inteligible.


Para explicar esto, Platón utiliza una comparación, asimila la de idea de bien al sol. Al igual que en la vida natural el sol es lo que nos permite ver, es decir, es lo que hace posible que veamos los objetos, la idea de bien es lo que permite conocer. El sol no es causa del ojo, ni causa de las cosas es sencillamente lo que ilumina. Pues de igual manera, el bien es la iluminación de lo inteligible, y por tanto fuente de la verdad. Hay que recordar que el concepto de verdad como alezeia es precisamente eso. Lo que se ilumina a la razón, lo que se desvela a la inteligencia.

2.- El pasaje de la línea

El pasaje de la línea dividida sigue al de la idea del sol y del Bien. Surge de él y pretende completarlo. La línea está en la dicotomía “visible-inteligible”, y en el pasaje del “sol y del Bien” se identifica lo inteligible con las ideas. La lógica de la línea exige previa distinción entre las ideas y los intermedios. Se ha destacado por parte de algunos estudiosos que Platón partía de una división de objetos para, sólo más tarde, distinguir entre los correspondientes estados mentales. Es cierto que el pasaje distingue entre imágenes y originales mucho antes de dar los nombres de los correspondientes estados mentales. Pero, desde el mismo comienzo, la división se apoya realmente en una distinción de objetos. ¿Cómo tenemos que dividir lo inteligible?, esta es la pregunta. La respuesta es: porque algunos se estudian con ayuda de imágenes e hipótesis y otros sin imágenes y sin hipótesis.

Esto apunta a una división de las Ideas según el modo de ser estudiadas. Ahora bien, en el caso de que un método de estudio sea apropiado para un grupo de ideas y otro para otro grupo, habrá alguna diferencia objetiva entre los dos grupos. Las dos características distintivas de los estados mentales pueden aclararnos en parte este asunto. La referencia que hace al uso de las imágenes prueba que los objetos de la dianoia son ideas matemáticas, pues su comprensión requiere una intuición sensorial o imaginativa de la estructura de las figuras espaciales o de los números. Por el contrario, la comprensión de las Ideas morales y estéticas no requiere tal intuición. Éstas son las dos principales clases de ideas que aparecen en los primeros diálogos.
Además es probable que Platón pensara que estos dos modos de dividir el mundo ideal proporcionaban realmente la misma división: las ideas matemáticas en la parte inferior de la jerarquía y las ideas éticas en la superior. Las ideas éticas están mucho más estrecha y obviamente relacionadas con la idea de Bien que las ideas matemáticas. El mundo de las ideas es susceptible de ser iluminado por la idea de Bien y estudiado por el método dialéctico. Piensa por consiguiente que hay dos partes en el mundo ideal suficientemente diferentes como para aconsejar en principio dos métodos de estudio, y, suficientemente semejantes y relacionadas, como para que se estudien por último según el método dialéctico.

La conclusión a la que llegó seguramente fue que las ideas se dividen en dos grupos: un grupo inferior ideado por ideas que contienen números y espacio; y un grupo superior que no los contiene.

3.- El pasaje de la caverna nos explica que el ascenso de la caverna al aire exterior simboliza el ascenso desde lo sensible hasta lo inteligible:

"En cuanto a la subida al mundo de arriba y la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la región inteligible, no errarás."

Platón solo admitía Ideas de las cosas que existen por naturaleza, y también porque Platón apenas menciona otras ideas que no sean las de valor, belleza y las ideas matemáticas. Ciertamente, estas son las ideas por las que más se interesaba, y de cuya existencia se sentía más seguro. Sin embargo, hay pruebas suficientes de que creía que había una idea correspondiente a cada nombre común, y sobre ello insistió sobradamente.



Reconsiderando la República globalmente vemos en ella un notable avance respecto a la presentación más temprana de la teoría de las ideas. Anteriormente sólo ofrecía una completa oposición entre el eterno e inmutable mundo de las ideas y el temporal y cambiante mundo de las cosas individuales. Ahora sigue sosteniendo la oposición, pero admite grados en cada uno de los mundos. En el mundo de las cosas individuales, distingue entre aquellas que son copias directas de las ideas y las que son copias de esas copias. En el mundo de las ideas, distingue entre aquellas que están, por así decirlo, limítrofes con la tierra y las que no necesitan tales ejemplos para ser estudiadas. En esta última clase se da una jerarquía que va desde las ideas más limitadas hasta la más amplia y elevada: la idea de Bien. Notamos pues, la aceptación de la complejidad del universo. Esta tendencia significa el reverso mismo del eleatismo, el cual hacía una brusca distinción entre la realidad y lo irreal, sin admitir ningún tipo de gradación

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