Cómo
impartir las clases:
• Ofrecer
un alto grado de motivación, participación y refuerzo
multisensorial.
• Evitar
la abundancia de explicación verbal y el dictado del material.
• Las
lecciones deben ser dinámicas y estructuradas para motivar el
aprendizaje. Las rutinas ayudan a una mejor organización.
• Explicar
con detalle los procesos sobre cómo hacer las cosas.
• Enseñar
técnicas de estudio, con aplicación práctica en el aula.
• Fomentar
el trabajo cooperativo entre alumnos para ayudar en la dedicación
continua a una misma tarea.
• Dividir
el trabajo en pequeñas cantidades para ayudar al cumplimiento de
cada una de las tareas.
• Tratar
de empatizar con el alumno a través de una actitud de autoridad,
apoyo y confianza, para que se sienta apoyado en el proceso del
aprendizaje.
Para
lograr que el alumno aprenda a aprender:
• Actuar
como mediador entre el joven y las estrategias y habilidades para
aprender, asimilar y dominar contenidos.
• Aplicar
una enseñanza para todos, de tal modo que se responda a las
necesidades de los diferentes alumnos, asegurando el éxito
académico. Para ello, hay que cambiar el concepto de decirle al
estudiante lo que ha hecho mal, por el de enseñar a cómo hacerlo
bien. Asimismo, hay que:
-
Conocer las debilidades y fortalezas de cada alumno.
-
Transmitir conocimiento vinculado a la asociación y la vivencia.
-
Favorecer el análisis de la información.
-
Motivar la realización de ejercicios prácticos.
• Mantener
una comunicación fluida con los padres para informarles de cómo
pueden ayudar para fortalecer el aprendizaje de sus hijos
Motivar
al alumno para que trabaje:
• Ofrecer
algún tipo de incentivo que ayude al alumno a interesarse por
conseguir alguna meta.
• Fomentar
la persistencia como una vía para obtener el éxito.
• La
motivación depende en gran parte de las posibilidades reales de
conseguir lo propuesto. Por el contrario, la desmotivación es fruto
de una elevada dificultad.
• A
través de las tareas, los alumnos buscan satisfacer una serie de
necesidades, que hay que ayudarles a conseguir:
-
Independencia, mediante la toma de sus propias decisiones.
-
Capacidad de resolución, tras comprobar que pueden hacer las cosas
por si mismos de manera satisfactoria.
-
Sentido de pertenencia, formando parte de algo más grande.
-
Estimulación, a través de encontrar placer con lo que se hace.
Pautas
para combatir la Hiperactividad e Impulsividad
Prevenir
la aparición de conflictos:
• Crear
un ambiente en el que se fomente la comunicación.
• Establecer
las reglas de una forma clara y precisa.
• Tener
previstos patrones de actuación para afrontar situaciones de
enfado, frustración o agresión.
• Mantener
una actitud hacia el alumno que favorezca la confianza.
Ejercer
la disciplina:
• Adoptar
una actitud firme a la hora de hacer que se cumpla la norma. Esta
actitud se caracteriza por la claridad, pero siempre de forma
respetuosa, abierta y afectiva.
• Evitar
actitudes permisivas (falta de firmeza y constancia) y dominantes
(promueven la hostilidad y el ambiente negativo), que son menos
efectivas. El respeto entre ambas es fundamental en las relaciones
dentro y fuera del aula.
Alumnos
de Secundaria
• Adoptar
una comunicación positiva, en la que se escuche al adolescente, sin
enjuiciar, ni criticar, primando siempre la comprensión, la
confianza y la empatía.
•
Utilizar
la negociación para la resolución de conflictos. El profesor debe
identificar el origen del problema y plantear posibles formas de
solucionarlo, haciendo partícipe al alumno para que asuma su
responsabilidad.
• Cambiar
castigos por consecuencias lógicas. Es decir, cuando un alumno
lleve a cabo una conducta inadecuada, en lugar de amonestarle, se le
aplicará una consecuencia lógica de la misma. Por ejemplo, si
habla en clase con un compañero, se le separará de él para evitar
que continúe haciéndolo.
•
Utilizar
el costo de respuesta para disminuir comportamientos inapropiados.
Consiste en que el joven tiene que pagar con un privilegio como
consecuencia de no cumplir lo establecido. Para ello, el alumno debe
de saber previamente qué comportamientos son los que derivan en
esta medida. El tiempo que dure la supresión de privilegios no debe
ser muy extenso, ya que puede convertirse en un castigo para el
alumno.
Cómo
afrontar las conductas desafiantes:
• Es
conveniente no prestar atención a determinadas conductas.
• Ofrecer
alternativas de solución ante un problema.
• Mostrar
una actitud firme en la toma de decisiones.
• Escuchar
sin entrar en discusiones.
• Utilizar
el “tiempo fuera”.
• No
hay que sermonear, presionar, adoptar una actitud de superioridad,
ni tampoco promover una lucha de poder.
Tipo
de exámenes
•
Reflexionar
sobre cuál es el tipo de prueba (oral o escrita) y formato (de
desarrollo, verdadero/falso, esquemas, frases para completar, etc.)
más conveniente para el alumno con TDAH. Para ello, el tutor debe
recopilar de todos los profesores que imparten clase al alumno los
diferentes formatos de exámenes que utilicen para así establecer
las pruebas
más
idóneas que facilitan al alumno demostrar sus habilidades y
conocimientos adquiridos.
•
Entregar
los exámenes escritos al alumno, para evitar la lentitud de
procedimientos,
como
la copia o el dictado.
•
Permitir
al alumno que presente problemas de escritura, hacer los exámenes
de forma oral o mediante procesador de textos.
A
continuación se indican una serie de recomendaciones para
determinar el sistema de evaluación correcto para estos alumnos:
Calendario:
•
Coordinar
el calendario de los exámenes, para evitar el sobre esfuerzo de
estos alumnos a la hora de su preparación y realización. Por ello,
es conveniente realizar como máximo dos exámenes a la semana,
aunque es preferible que sólo fuese uno. En todo caso, se debe
procurar que nunca coincidan los dos el mismo día.
• Programar
los exámenes al menos con una semana de antelación y entregar a
los padres antes de las fechas de realización.
•
Realizar
los exámenes en las primeras horas de clase, para lograr el máximo
rendimiento.
Antes
del examen:
•
Aconsejarle
el uso de marcadores de tiempo (cronómetros o recordatorios), para
conseguir una adaptación a sus dificultades de la gestión del
tiempo.
•
Asegurarse
de que tiene todo el material necesario para realizar la prueba de
evaluación: folios, lápices, gomas, etc., y que tenga varios para
que, si se caen al suelo, no pierda tiempo en buscarlos.
Durante
el examen
• Cerciorarse
de que el alumno ha entendido bien las preguntas que se le formulan
en el examen, permitiéndole acercarse a la mesa del profesor si
tiene alguna duda, tantas veces como sea necesario.
• Dejarle
moverse en el asiento o ponerse de pie cuando lo precise, ya que su
actividad motora no le permite estar todo el tiempo de la prueba en
su asiento.
•
Permitirle
que haga el examen en una o dos sesiones, si se le observa muestras
de cansancio mientras realiza la prueba escrita.
Evaluación
Algunos
alumnos con TDAH van muy lentos, mientras que otros se precipitan y,
debido a su impulsividad, responden mal a las preguntas. Por ello,
durante el examen se le debe dar el siguiente apoyo:
-
Guiarlo si no se concentra.
-
Asegurarse de que entienda las preguntas.
-
Comprobar que ha respondido a todas las preguntas.
-
Recordarle que repase sus respuestas antes de entregarlas.
Evaluación
continua
Los
exámenes continuos ayudan a los alumnos con TDAH a obtener una
información que les permite mejorar en su proceso de aprendizaje,
ponerse nuevas metas y poder exponer aquello que saben en todo
momento. Esto conlleva un aumento de los buenos resultados, lo que a
su vez hace que su motivación sea mayor, y por tanto, se sientan
más exitosos. Asimismo, al sentirse mejor emocionalmente, están
más dispuestos a dejarse modelar, por lo que se minimiza también
el riesgo de que ocasionen problemas de conducta en el centro
educativo.
Por
tanto, el intercambio de información entre profesor y alumno con
TDAH es fundamental para saber qué conocimientos ha interiorizado y
cómo puede seguir progresando, por lo que se han de establecer las
siguientes pautas de actuación:
• Encontrar
sus mejores momentos de rendimiento para realizar la evaluación
continua en las horas de clase de las diferentes materias.
• Las
evaluaciones formales deben ser frecuentes y no deben contener mucha
materia para evitar que realicen un esfuerzo excesivo para su
preparación. Éste suele provocarles un cansancio y agotamiento que
les impide rendir, les desanima y propicia que abandonen
antes
de empezar a estudiar, debido a su incapacidad para sostener la
atención y concentración durante el tiempo necesario. En
definitiva, se trata de que la evaluación a los escolares afectados
por TDAH sea personalizada, de manera que se les permita combatir el
fracaso académico, mientras se respetan los principios pedagógicos
de calidad, equidad y atención a la diversidad del alumnado, que son
consustanciales a nuestro sistema educativo.
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