Muchos adolescentes que dan problemas en clase
son incapaces de ponerse en el lugar el otro, el otro puede ser compañero,
profesor, padres, policías, abuelos,…
Esta mañana salíamos de una reunión de tutores y
acompañaba por los pasillos a un buen tutor, de los que escuchan y aceptan
ayuda venga de donde venga. Pues bien, de una clase salía un alumno con muy
malos modos y el profesor detrás diciéndole -quédate aquí unos minutos, te
tranquilizas y ahora salgo a por ti- . El compañero nos ha visto y nos dice -no
puedo más, me falta el respeto, parece que lleva una mañana muy insoportable-
Mi compañero de tutoría en 2º de ESO, se ha
acerca al chico mientras le dice con una voz seria pero baja: -mira (nombre)
primero, si te dice que dejes de jugar con lo que estabas jugado, lo dejas.
Segundo, no tienes que gritar ni faltar el respeto. Tercero, si se lo tienes
que dar se lo das. Todo antes de armar todo este lío- El alumno que hacía como
que te escucho pero no, empieza a replicar y este buen compañero le dice muy
bajo -no te enfades, somos amigos, intento ayudarte-
El muchacho ha parado en seco y se ha puesto a
llorar de una forma que nos ha dejado desconcertados. Lloraba con mucha pena.
Parece normal que en la adolescencia se tengan cambios frecuentes de estado de
ánimo pero…aquí pasaba algo raro y “lo raro es raro y merece la pena dedicarle
tiempo”.
Educar la afectividad. Otra vez uno de los
problemas más frecuentes de los adolescentes disruptivos. No saben como
utilizar el corazón, muchos son “corazones con patas” y muchos de ellos no
saben como se controlan los sentimientos. Me parece que muchos confunden ser
rebelde con malas contestaciones ó chulería ó no cumplir las normas de
comportamiento. Volvemos a llegar al famoso “me apetece entonces lo hago y es
bueno, no me apetece entonces en malo y no lo hago”.
La afectividad debe siempre estar iluminada por
la razón. Los corazones desbocados deben ser domados por la cabeza de los
padres de los profesores y también por el grupo de iguales.
Ponerse en el lugar de los demás es fundamental
para poder convivir en paz con otros, esto es: fomentar la empatía, es algo
sencillo si nos detenemos a pensar un poco en los demás y en consecuencia,
aprenderemos a actuar favorablemente en todas las circunstancias. Algunos
consejos para reafirmar este valor en nuestra persona:
- Sonreír siempre, esto genera un ambiente de
confianza y cordialidad. La serenidad que se manifiesta desarma hasta el más
exaltado.
- Primeramente considera como importantes los
asuntos de los demás y después los propios. Después de haber escuchado, la
persona que se ha acercado a ti seguramente tendrá la capacidad de entender tu
situación y estado de ánimo, por lo cual estará dispuesta ayudarte.
- No hagas un juicio prematuro de las personas porque te hace cambiar tu
disposición interior (no pienses: "ya llego este molesto", "otra
vez con lo mismo", "no me deja en paz", "otra
interrupción") Si alguien se acerca a ti, es porque necesita con quien
hablar... No los defraudes.- Si no tienes tiempo o es un mal momento, exprésalo con cortesía y delicadeza -que también es empatía- y las personas se sentirán igualmente atendidas. Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar respuestas tajantes u distraerte en otras cosas; además de ser una falta de respeto, logras autodominio y demuestras interés por las personas. Aprende a escuchar.
- No olvides infundir ánimo con palabras, una palmada en el hombro o un gesto amable, sobre todo si la persona tiene problemas
http://orientadordeso.lacoctelera.net/post/2006/03/06/corazones-mal-criados-origen-alumnos-disruptivos-
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