¿Qué es la ansiedad ante los exámenes?
La
ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales
negativas que algunos alumnos sienten ante los exámenes.
El miedo a los exámenes no es un miedo irracional, no en
vano la actuación en ellos determina gran parte del futuro académico
de la persona. Pero como ocurre la mayoría de las veces
con la ansiedad, es cuando se da a niveles muy elevados cuando
puede interferir seriamente en la vida de la persona.
Esta
ansiedad puede ser “anticipatoria” si el sentimiento de malestar
se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará
en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio
examen.
¿Por qué se produce la ansiedad ante los exámenes?
En la
mayoría de las ocasiones existe un agente real o percibido que
activa la ansiedad. Este puede ser sencillamente una experiencia
anterior de bloqueo en un examen, o de haber sido incapaz
de recordar respuestas sabidas.
Si la
preparación para el examen ha sido la correcta, la ansiedad puede
estar debida a pensamientos negativos o preocupaciones. Puede
que estés pensando en exámenes anteriores, en cómo otros
compañeros están haciendo el examen o en las consecuencias
negativas que prevés de hacer un mal examen.
También
es posible que sea debido a una falta de preparación para
el examen, ¡lo cual no deja de ser una buena razón para estar
preocupado! En estos casos errores en la distribución del tiempo,
malos hábitos de estudio o un “atracón” de estudio la noche
anterior pueden incrementar considerablemente la ansiedad.
¿Cómo afecta la ansiedad ante los exámenes?
Los
efectos de la ansiedad se dan a nivel fisiológico, psicológicoy
emocional.
Las
reacciones a nivel fisiológico pueden incluir taquicardia, tensión
muscular, náuseas, sequedad de la boca o sudoración.
A
nivel psicológico se puede experimentar una imposibilidad de actuar,
tomar decisiones, expresarse uno mismo o manejar situaciones
cotidianas. Como consecuencia, se puede tener dificultad
a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos
o recordar palabras o conceptos. También es posible
experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”),
lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las
respuestas pese a que éstas se conozcan.
Por
último, las reacciones emocionales pueden llevar a sentirse aprehensivo,
inquieto, enfadado o desvalido.
¿Qué puedes hacer para reducir la ansiedad?
Las
siguientes estrategias te pueden servir de orientación para afrontar
la ansiedad ante los exámenes. Su utilidad se puede incrementar
dependiendo del compromiso de cambio que adoptes.
Puntos
esenciales para manejar la ansiedad:
·
Procura exponerte ante las situaciones que te produzcan
ansiedad. Este paso es necesario para abordar la ansiedad
en general, y con ello ir acrecentando día a día tus habilidades
para manejarla. No evites asistir a un examen por el
miedo a quedarte en blanco, el desarrollo de habilidades para
afrontar la ansiedad es un proceso gradual, que irás afianzando
en los sucesivos exámenes.
·
Intenta reconocer las emociones que acompañan la respuesta
de ansiedad en las situaciones críticas. El objetivo
es el de detectar con la mayor premura posible la aparición
de la ansiedad, y poner así en marcha estrategias para
impedir que ésta aflore, como la respiración abdominal. Esta
consiste en respirar fuerte y pausadamente llenando totalmente
los pulmones desde el abdomen, algo que no solemos hacer
en la respiración normal.
Mientras
estudias:
·
Asigna el tiempo necesario de estudio para hacer todas
las cosas que necesites antes del examen (revisar material de
estudio, hacer esquemas, repasar los temas...).
·
Aumenta la confianza en ti mismo revisando frecuentemente
el material.
·
Establece metas de estudio y afróntalas de una en una para
no saturarte.
· Si
te sientes nervioso, trata de relajarte con
alguna de las siguientes
técnicas:
1.
Respiración abdominal como se indicó anteriormente en las
pautas esenciales.
2.
Tensa y relaja diferentes grupos musculares. Por ejemplo,
tensa los hombros durante pocos segundos y a continuación
déjalos caer. Siente la sensación de relax que esto produce
y aprende a identificar estados de tensión de los músculos
para relajarlos inmediatamente.
3.
Piensa positivamente sobre ti. Tómate ratos para pensar
en: respuestas racionales a pensamientos negativos (p.e. en
vez de decir “Voy a suspender” di “Tengo la habilidad para aprobar,
sólo necesito trabajar más”), pensamientos que te ayu dan a
manejar el estrés (p.e. “Un poco de activación me puede ayudar.
Así lo haré lo mejor que pueda”) y pensamientos que te ayuden
a mantenerte concentrado (p.e. “Puedo responder a la
pregunta
si elaboro la respuesta en pequeños subapartados”).
Antes
del examen:
·
Llega suficientemente pronto como para sentarte en un sitio
en el que te encuentres a gusto.
·
Evita encontrarte con gente que pienses que pueda hacerte dudar
sobre tu preparación.
·
Cuando recibas el examen, lee las instrucciones un par de
veces y organiza tu tiempo de forma eficiente.
· No
te apresures si ves que tus compañeros acaban antes, trabaja tranquilamente a tu ritmo .
Durante
el examen:
·
Algunas de las técnicas de relajación que
puedes usar durante
la fase de estudio también te pueden servir durante el examen,
como la respiración profunda o la tensión-distensión de
los músculos. Tómate un par de minutos de descanso si crees necesario
practicarlas.
·
Empieza con las preguntas más sencillas, lo que te reforzará
y hará que afrontes con mayor seguridad las
preguntas
más difíciles.
·
Pregunta al profesor aquellas dudas que te surjan durante el examen.
·
Piensa en cosas positivas que te ayuden a mantener la concentración
durante el examen, como “Esto es sólo un examen”,
“Estoy familiarizado con el material”...
·
Piensa en que tras el examen te podrás dar algún capricho.
GABINETE PSICOPEDAGÓGICO UGR
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