1.
CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO.
DESCARTES
(Renato Des Cartes) nació en La Haye (Francia) en 1596 y murió en Estocolmo en
el año 1.650. Del contexto histórico – cultural podemos destacar que en el
siglo XVII, siglo del Barroco, confluyen las consecuencias del Renacimiento y
del Humanismo así como de otros
acontecimientos importantes que van a suponer
un cambio económico, cultural y social que lleva al desarrollo de la Edad
Moderna. Entre estos hechos podemos destacar el redescubrimiento de la
filosofía clásica; el paso del teocentrismo al antropocentrismo y
cosmocentrismo, ahora, el hombre es el centro de interés intelectual; el
desarrollo de las ciudades y de la burguesía en una sociedad estamental, iniciándose
el camino que llevaría al desarrollo del capitalismo y las revoluciones
burguesas; la aparición de la nación-estado y el predominio del absolutismo
político como forma de estado en la mayoría de países europeos; los
descubrimientos geográficos, que iniciarían el camino de la colonización de América
y otros territorios; los conflictos religiosos que llevarían a los procesos de
Reforma y Contrarreforma y a la Guerra de los Treinta años (1.618 – 1.648)
entre católicos y protestantes, destruyéndose la unidad religiosa de la Iglesia
Romana y de gran parte de Europa; el avance científico producido por la
revolución científica (Copérnico, Kepler, Galileo, Newton…) que supone el
abandono de la física aristotélica y de la imagen geocéntrica del universo para
asumir el heliocentrismo y favorecer el desarrollo de una nueva física, con una
nueva metodología científica basada en la experimentación y matematización;
proceso en el que participa Descartes.
En el
contexto filosófico, la crisis de la escolástica lleva a la filosofía a centrar
su interés en el conocimiento. Se desarrollan el método inductivo cualitativo
de Francis Bacon y el método resolutivo – compositivo de Galileo fundamentado
en las matemáticas. Aparecen dos sistemas filosóficos que configuran la Modernidad:
el racionalismo y el empirismo, que aparecen en una situación de desconcierto
científico y filosófico, con el resurgimiento del Escepticismo con Montaigne,
donde se hace preciso buscar un método para evitar el error y conseguir un conocimiento
verdadero. Ambos sistemas coinciden en el interés por el análisis del
conocimiento y su alcance; y en que el sujeto es el centro y el fin de toda
actividad y quien decide sobre la verdad o falsedad de cualquier enunciado.
Pero entre ellos existen grandes diferencias. Para el racionalismo, donde
destacan Spinoza, Malebranche, Leibniz, y con Descartes a la cabeza, la razón
humana es la fuente del conocimiento y criterio de verdad pues la razón
construye el conocimiento deductivamente a partir de unos principios innatos
independientes de la experiencia sensible, tomando el método matemático como
modelo de construcción del conocimiento y estableciendo una correspondencia
entre conocimiento y realidad, es decir, conocemos las cosas tal y como son.
Por su parte, el empirismo, donde destacan Locke, Berkeley y posteriormente
Hume, niega la existencia de ideas innatas, considera que la fuente del
conocimiento está en la experiencia sensible quedando la razón supeditada a
dicha experiencia, tomando como modelo el método de las ciencias experimentales
basadas en la observación y experimentación; y teniendo una posición escéptica
y relativista en cuanto a la posibilidad de obtener un conocimiento universal y
verdadero sobre la realidad pues cree que sólo conocemos los hechos y fenómenos
tal como son captados por nuestros sentidos y facultades, pero no como son en
sí, siendo imposible obtener un conocimiento metafísico válido.
El
sistema filosófico cartesiano tiene influencias de la Escolástica, de la que
asume la
búsqueda
de principios incuestionables aunque difiera de su método; del escepticismo
toma la actitud para erradicar errores y buscar la verdad; del agustinismo toma
el llamado “cogito agustiniano” sobre la evidencia del sujeto y su afirmación
sobre la existencia de las ideas innatas en la mente; también se inspira en el
método matemático-deductivo de Euclides.
Descartes
rechaza una educación que considera gobernada por la autoridad del pasado (Aristóteles),
cree que sólo el saber matemático es sólido por el rigor de sus principios y demostraciones,
por eso abandona sus estudios de derecho para dedicarse a la geometría. En 1.629
escribe un tratado sobre física “Tratado sobre el Mundo”, pero la condena de
Galileo en 1.633 paralizó su publicación por miedo a la Inquisición. Por sus
“Meditaciones metafísicas”, publicado en 1.641, es acusado de ateísmo por
Voecio (Voët, teólogo protestante) y condenada su filosofía por protestantes y
católicos. Para evitar acusaciones y molestias acepta la invitación de la Reina
Cristina de Suecia, se traslada en 1.649 a Estocolmo donde muere en 1.650.
Descartes
es protagonista del choque entre ciencia y religión. Sobre su religiosidad no
hay dudas, aunque el Dios de Descartes es el gran arquitecto del universo, el
Supremo Hacedor de una naturaleza que, según Galileo, está escrita en lenguaje
matemático. Descartes considera que la ciencia matemática es el código que
permite descifrar el lenguaje de Dios, el orden divino plasmado en la creación
de un universo que Descartes ve desde el heliocentrismo, aunque nunca defendió
directamente esta postura porque no quería contradecir al Cristianismo.
Descartes
hizo importantes aportaciones en la ciencia matemática, donde destaca el uso de
las coordenadas cartesianas, que contribuyeron al desarrollo de la geometría
analítica (algebrización de la geometría: resolver problemas geométricos
mediante el álgebra). Sus obras más importantes: “Reglas para la dirección del
espíritu” (1.628). “Discurso del método” (1.637), “Meditaciones metafísicas”
(1.640), “Principios de la Filosofía” (publicada en 1.644), “Tratado del
hombre”, “Las pasiones del alma” (publicada en 1.649)
2.
CONOCIMIENTO Y REALIDAD EN DESCARTES. “Discurso del método”, “Meditaciones metafísicas”
2.1.
Razón y método.
a) El
problema del método:
- Búsqueda
de un nuevo método para construir el saber. Ante la situación de confusión y
desorganización del saber de su época, Descartes cree necesario revisar todo el
saber adquirido para eliminar lo que se ha admitido sin un examen suficiente y
edificar el conocimiento desde cimientos más sólidos, sobre verdades
indudables, que deben ser determinadas como tales por la razón (racionalismo).
Para ello es necesario encontrar un método adecuado, fácil de aplicar, que
pueda servir para construir todo el edificio del saber, unificando todas las
ciencias y todo el saber bajo un método universal y único.
- El
método matemático como modelo: Descartes considera que ese método adecuado ha
de tomar como modelo el método matemático (geometría), un método basado en el
poder creador de la razón, que al margen de la experiencia, es capaz de
construir un conocimiento verdadero, es decir, evidente y necesario.
- La
razón construye conocimiento mediante las operaciones de intuición y deducción
pero necesita de un método adecuado. Intuición: captar con la inteligencia los
contenidos mentales o ideas que aparecen ante la mente con claridad y
distinción, indudables; deducción: derivar un contenido mental de otro, unas ideas
de otras, en base a las relaciones lógicas que la razón encuentra entre esas
ideas o contenidos mentales.
b) Las
reglas del método cartesiano: Cogiendo lo mejor del método matemático y de la
lógica Descartes construye su método basado en unas reglas sencillas para
ayudar a la razón en sus operaciones de intuición y deducción evitando
confusiones.
1) Regla
de la evidencia. Sólo se ha de tener como verdadero lo evidente o indudable,
aquello que se presenta a la razón con claridad (nítidamente) y distinción (no
se confunde con otra cosa).
2) Regla
del Análisis. (Intuición) Descomponer una idea compleja o un problema en sus elementos
más simples para poder descubrir o intuir con claridad y distinción las
naturalezas simples, los primeros gérmenes de verdades que residen o surgen en
la mente (innatismo).
3) Regla
de la Síntesis. (Deducción). Deducir desde las ideas simples, mediante
relaciones lógicas entre ellas, ideas más complejas. (Reconstruir el problema
de lo más simple a lo más complejo).
4) Regla
de la comprobación o enumeración. Comprobar y revisar los procesos de análisis
y síntesis para asegurarnos de que se ha hecho completo y sin errores.
- La
experimentación pasa a un segundo plano, como apoyo para informar sobre las
condiciones en las que ocurren los acontecimientos, pero no como fundamento del
conocimiento.
c) Desarrollo
del método. La duda metódica.
-
Descartes aplica este método al conocimiento matemático, y después lo intenta
con otras ciencias como la metafísica (filosofía) pero observa que no encuentra
en ella ningún principio seguro y que por ello es necesario encontrar un
principio evidente a partir del cual poder construir el sistema filosófico
(refundar la Filosofía).
- Para
alcanzar ese objetivo Descartes decidió recurrir a la duda metódica: dudar de
todo, tomar provisionalmente como falso todo lo que es posible poner en duda
con el fin de descubrir si hay algo que resista a toda duda, es decir, que se
muestre como una verdad indubitable sobre la cual asentar los sólidos cimientos
de su filosofía, y construir de forma deductiva otras verdades. La existencia
del mundo es puesta en tela de juicio, siendo el conocimiento del mundo
exterior el problema central de la filosofía cartesiana. La duda cartesiana es
metódica, es un procedimiento de carácter metodológico provisional, distinta de
la duda escéptica, que niega la verdad. No se aplica a los conocimientos
religiosos ni a los prácticos.
- Los
motivos de la duda son varios:
1.
Incertidumbre de los datos sensoriales, pues a veces los sentidos nos han
engañado (cualidades, distancias, tamaños; etc.)
2.
Dificultad para distinguir el sueño de la vigilia. Dudamos incluso de la
existencia del mundo material y del propio cuerpo, por no poder distinguir si
velamos o estamos dormidos. A veces, el sueño nos presenta imágenes con igual
intensidad que las de la vida real.
3. Los
errores de razonamiento. El ser humano comete a menudo errores en el
razonamiento, deducción, demostración, etc., incluso podemos cometer errores en
las demostraciones matemáticas.
4. La
hipótesis del genio maligno: el saber matemático es modelo de verdad (2 + 2 =
4), pero puede pasar que el uso de la razón está manipulado por un genio
todopoderoso y malvado que alterara la inteligencia y la evidencia racional,
incitándonos a considerar lo falso como verdadero y viceversa.
- Pero
entonces, ¿No es posible encontrar ninguna verdad absoluta? (evidente)
d) Desde
la duda Descartes descubre una verdad indudable (1ª certeza) sobre la cual
basar todo el conocimiento: “cogito, ergo sum”, es decir, “pienso, luego soy –
existo”. (“Je pense, donc je suis”). Como la duda es una forma pensamiento,
está fuera de toda duda que yo estoy pensando. Aunque lo que piense no exista,
no se puede dudar de que “yo” estoy pensando, ni, por tanto, de que existo. La
verdad del “yo pienso” puedo afirmarla incluso manteniendo la hipótesis del
genio maligno. Esta es la primera verdad clara y distinta (indudable), el
primer principio evidente (axioma) de la filosofía de Descartes.
Para
Descartes el pensamiento se define como todo acto consciente del espíritu
(alma, razón) y es el acto de pensar el que es evidente, no su contenido. El
“cogito, ergo sum” justifica la existencia de un yo pensante diferenciado del
cuerpo. El cuerpo, percibido mediante los sentidos, se encuentra bajo la duda
metódica.
e)
Criterio de verdad.
La
llegada a la primera verdad (yo pienso) nos permite también descubrir el modelo
o criterio de toda verdad. “De ahora en adelante sólo se aceptará como
verdadero lo que sea tan evidente, claro y distinto (indudable) como la primera
verdad”. Una idea es clara cuando se muestra de modo presente y manifiesto a
una mente atenta, con tipo de presencia similar a la de los objetos ante los
ojos. Una idea es distinta cuando no puede ser confundida con otra.
2.2.
Teoría de las tres sustancias. (Realidad – Metafísica)
-
Partiendo del “cogito” Descartes intuye que ese “Yo” pensante es una sustancia
que piensa. “Pienso, luego soy”. ¿Pero qué soy? Una cosa que piensa, una cosa
pensante, una sustancia pensante (“res cogitans”, Yo, Alma). Como Aristóteles,
Descartes define lo real en términos sustancialistas, lo real es la sustancia.
Identifica “cosa”, “res”, con sustancia y la define como “aquello que no
necesita de otra cosa más que de sí misma para existir”. Descartes admite dos tipos
de sustancia: la sustancia infinita (Dios) que no necesita de otra cosa para
existir, y las sustancias finitas que no necesitan de nada para existir excepto
de Dios, son la res cogitans o pensamiento (yo pensante) y la res extensa o
materia extensa (mundo).
- El
contenido del pensamiento son las ideas o representaciones que pueden ser:
-
Adventicias o adquiridas: son las ideas que provienen de la experiencia
sensible, de mi percepción del mundo o de la enseñanza. Pueden resultar
erróneas (los sentidos engañan, diferencias personales,…).
-
Facticias o artificiales: inventadas con la imaginación y la fantasía, por
ejemplo, idea del animal mitológico llamado centauro. Estas ideas son ilusorias
y arbitrarias, no verdaderas.
-
Innatas o naturales: son las ideas que emergen de la propia facultad de pensar
y son unas ideas que nuestra mente capta y ha de aceptar necesariamente sin
poder modificar nada. Son ideas innatas la idea de Dios, de causa, de sustancia
o de número. Sólo las ideas innatas poseen evidencia perfecta y nos conducen al
verdadero conocimiento.
- Pero no
tenemos la seguridad de que estas ideas sean verdaderas o se correspondan con
la realidad. El problema de Descartes es cómo salir de la subjetividad y llegar
a saber si hay cosas objetivas (realidades exteriores al yo pensante) y cómo
son estas cosas.
- La
posibilidad de que exista un genio maligno que me engaña en el razonamiento
impide que pueda seguir avanzando en el conocimiento. Para tener seguridad
absoluta de que lo que percibo con claridad y distinción es verdadero, necesito
eliminar la hipótesis del genio maligno.
¿Y cómo?
Probando lo contrario, que existe un Dios bueno, en el que no cabe el engaño. Descartes
acude a Dios para fundamentar el criterio de evidencia, al tiempo que esta
existencia de Dios se apoya en ese mismo criterio de evidencia aún por
fundamentar. (¿Argumento circular que presupone lo que debe demostrar?)
-
Descartes descubre que entre las ideas innatas del yo pensante se encuentra la
idea de perfección. Si Yo dudo (no conozco) es porque soy imperfecto y en mí
tengo la idea de perfección (pues de lo contrario no dudaría). ¿De dónde
procede esa idea? No puede proceder de mí pues de la imperfección no puede
venir lo perfecto. Tiene que venir de fuera, pero no de cualquier cosa, sino
que sólo ha podido ser inducida en mí por un ser perfecto, un Dios que reúne en
sí todas las perfecciones de las que yo pueda pensar en un ser perfecto:
infinito, eterno, inmutable, omnisciente, todopoderoso. Y si Dios es un ser
perfecto, tiene que existir, pues la existencia independiente del Yo es una de
esas perfecciones. De aquí deduce la existencia de una Res perfecta - infinita
o sustancia perfecta - infinita, las existencia de Dios,segundo principio o axioma de la
filosofía cartesiana.
- Si Dios
es perfecto, tiene que ser bondadoso y no puede permitir que me engañe cuando
uso bien mis facultades racionales; por tanto, deben ser verdaderas aquellas
ideas que capto con evidencia, con claridad y distinción. Esta idea innata de
Dios permite ir más allá de la propia subjetividad y afirmar que existe una
realidad extramental, fuera de mi “yo”, la sustancia perfecta, Dios, que se
convierte en la garantía del conocimiento.
- Después
de la evidencia del Yo pensante y de Dios, Descartes piensa que podemos
asegurar la existencia de una Res extensa o sustancia extensa (material), el
mundo.
Tenemos
la seguridad moral de que existen los cuerpos materiales, el mundo, pero no
tenemos
evidencia racional sobre ellos, podrían ser sólo pensamientos, sin realidad independiente.
Pero la existencia de Dios garantiza esa evidencia. ¿Cómo? En mi mente existen ideas
acerca del propio cuerpo que no piensa, y de otros cuerpos exteriores al YO.
Estas ideas parecen venir a mí en contra de mi voluntad, a diferencia de las
ideas que proceden de mi propia actividad mental, que las controlo y manejo.
Esta característica de las ideas procedentes del exterior me lleva a suponer
que la causa de las mismas no soy yo, sino que tienen su causa en realidades
distintas a mí, en los objetos y cuerpos externos. Lo contrario sería tener que
afirmar que Dios me engaña, al hacernos creer que vienen de fuera y que son
causadas por los objetos; pero ya sabemos que existe un Dios bueno que me ha
creado racional y no permite que me engañe cuando hago uso adecuado de mi
razón, de manera que puedo fiarme de la verdad y objetividad de las ideas
evidentes. Si la idea de mundo exterior (objetos y cuerpos materiales) es clara
y distinta de la idea de pensamiento; los cuerpos, los objetos, han de ser la
causa de estas ideas, por tanto han de existir los cuerpos materiales (mundo
físico), todos ellos con un atributo fundamental, la extensión, que le da una
dimensión cuantificable. Mecanicismo: materia en movimiento. La res extensa
(mundo) es el tercer principio o axioma de la filosofía cartesiana.
Para
autores como José María Valverde lo que parece revolución cartesiana no es sino
una reedición del pensamiento medieval teocéntrico pero con un sentido nuevo,
porque al final todo va a depender de la fe ciega en una divinidad creadora.
Como San Anselmo y otros pensadores, Descartes da un salto en el vacío entre la
idea y la realidad (idea de Dios = realidad de Dios). ¿No será la idea de Dios
una idea facticia?
¿Comunicación
entre sustancias? (entre lo físico y lo mental) Glándula pineal.
DIOS
|
YO
PENSANTE
|
MATERIA
(cuerpo extenso, mundo extenso)
|
Sustancia
perfecta, con una razón
también
perfecta.
|
Sustancia
imperfecta pero dotada de razón.
|
Sustancia imperfecta. Cualidades primarias y secundarias.
|
Sus
atributos son la infinitud,
eternidad,
omnipotencia, etc.
|
Su atributo es el pensamiento
|
Su atributo es la extensión.
|
I.E.S. “Francisco de los Ríos”
Fernán – Núñez (Córdoba)
No hay comentarios:
Publicar un comentario