Guste o
no los medios de comunicación tienen una gran influencia en la vida de los
adolescentes pues la inmensa mayoría ve televisión y películas, utilizan
Internet, intercambian correos electrónicos, utilizan video-juegos, escuchan
discos y emisoras de radio, leen cómics y revistas para jóvenes, y entre ellos
comentan todo esto. Toda esta tecnología puede ser divertida, emocionante e
incluso educativa, y la sociedad avanza en la dirección de utilizar cada vez
más este tipo de instrumentos.
El
problema reside en que muchos adolescentes no tienen a nadie que les oriente
sobre cómo utilizar todo este arsenal informativo pues son muchos los casos de
niños y adolescentes enganchados pasivamente al televisor, los auriculares, la video-consola,
el teléfono móvil, o las salas de chat en Internet.
A
continuación le ofrecemos algunas sugerencias para que ayude a su hijo a desenvolverse
con buen criterio por esta jungla de medios de comunicación.
Limite
el tiempo. No-solo
es imposible, sino que quizás fuese perjudicial, intentar aislar a su hijo de
los medios de comunicación. Sin embargo conviene que le aclare que tiene
intención de supervisar lo que su hijo ve o escucha y el tiempo que va a
dedicar a ello. Cada vez más padres limitan la televisión y otros medios al fin
de semana y algunas cosas concretas durante la semana.
Supervise
lo que ve y escucha.
Infórmese sobre los programas de televisión que interesan a su hijo, los
video-juegos que utiliza, las películas que quiere ver y la música que escucha.
Cuanta más información tengan los padres más fácil les será
entrar en
el mundo de sus hijos y mayor poder de convicción para orientales. Si además
está con su hijo podrá charlar con él o ella sobre lo que están viendo o escuchando.
Sugiérale
cosas. Además de lo
que a él o ella le interese proponga usted programas de televisión variados
(viajes, historia, naturaleza, ciencias, noticias), con ello puede fomentar
conversaciones sobre acontecimientos mundiales, hechos
históricos,
problemas sociales, distintas culturas, la salud, etc.
Aclare
la diferencia entre hechos y opiniones. Los medios de comunicación son empresas que promueven
ideas o creencias que pueden no coincidir con los valores familiares. Además
los adolescentes deben aprender que no todo lo que aparece en los medios de
comunicación es necesariamente cierto. Si su hijo quiere
ver, leer
o escuchar algo que usted considera inadecuado dígale claramente las razones de
por qué no está de acuerdo.
Aclárele
qué es la publicidad.
Explíquele con claridad el propósito de los anuncios (vender productos), pues
los adolescentes son muy manipulables en este
sentido.
Sea crítico y esté atento a la publicidad dirigida a los jóvenes, pues suele
ser engañosa.
Utilice
los filtros de los aparatos. Tanto en Internet como en las plataformas de televisión digital o por
cable existen formas de bloquear el acceso a determinados programas y
contenidos. Infórmese de estas posibilidades y utilícelas hasta donde considere
conveniente.
En
Internet no todo son ventajas. El potencial de la red Internet es grandísimo y en ella
hay de todo: desde información valiosísima para la educación hasta pornografía
infantil o instrucciones para fabricar explosivos. Las salas de conversación
(los “chats”) pueden ser muy entretenidos pero también encierran peligros ante
los que hay que estar atentos: No permita que su hijo o hija adolescente de
información que pueda comprometer la seguridad individual, o que se vea con alguien
conocido por este medio sin estar usted presente.
Hable
con otros padres.
Si usted habla con otros padres sobre los programas de televisión, los
video-juegos, o la música que sus hijos consumen, usted tendrá más información
y autoridad para negar determinadas cosas. Además descubrirá que no todos los
amigos tienen permiso para determinadas cosas.
Ofrezca
alternativas.
Muchos chicos prefieren “hacer”, si se les da la oportunidad, que simplemente “ver”.
Una excursión, una tarde jugando a los bolos, o visitar a un amigo puede
resultar más interesante que otra tarde viendo la televisión.
De
ejemplo. Si usted
se pasa las tardes frente al televisor o navegando por Internet su hijo
recibirá un mensaje claro. Sin embargo si usted pasea, conversa con otras
personas, lee, participa en juegos, asiste a charlas, cursillos, u otras
actividades, está demostrando que hay otras formas de divertirse. No es extraño
que muchos adolescentes actuales se pregunten ¿Qué se hacía antes de que
existiese la tele (el ordenador, o las consolas)?.
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