lunes, 28 de enero de 2013

DESCARTES, SEPTIEMBRE DE 2012, OTRO preguntas 1 y 3, el método



No sé si debo hablaros de las primeras meditaciones que hice allí, pues son tan metafísicas y tan fuera de lo común, que quizá no gusten a todo el mundo (30).
Sin embargo, para que se pueda apreciar si los fundamentos que he tomado son bastante firmes, me veo en cierta manera obligado a decir algo de esas reflexiones. Tiempo ha que había advertido que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario seguir opiniones que sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho ya en la parte anterior; pero, deseando yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar la verdad, pensé que debía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si, después de hecho esto, no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indudable. Así, puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando. DESCARTES. DISCURSO DEL MÉTODO. PARTE IV

1ª. Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor.

Descartes presenta en este texto una estructura argumentativa, se basa en que no hay ninguna verdad objetiva en la filosofía, y por eso argumenta para encontrar ese principio indudable. Este argumento se basa en la duda metódica.

Primero de todo vamos a ver las ideas expuestas en el texto y más tarde veremos cómo se enlazan unas con otras:
Descartes duda de las meditaciones porque son subjetivas y conducen al debate.
En lo referente a las costumbres es necesario seguir opiniones que sabemos muy inciertas como si fueran indudables.
Para indagar la verdad hay que rechazar todo lo que pueda crear la menor duda.
Ahora argumenta la duda metódica: Los sentidos nos engañan, hay hombres que yerran al razonar, los pensamientos que nos vienen despiertos nos pueden llegar durante el sueño también.
Todo lo que había entrado en su pensamiento hasta el momento no era verdadero.
Yo pienso luego existo.
Una vez expuestas las ideas voy a proceder a razonarlas y a unirlas entre sí, para ver como Descartes concluye en la afirmación: Yo pienso luego existo.


En lo referente a la razón, en la búsqueda de la verdad Descartes quiere un principio que no quepa duda, que sea claro y distinto. Pero en las costumbres Descartes ve necesario seguir opiniones inciertas como indudables porque no se puede suspender el obrar y hay que actuar según con lo que sepas en ese momento. Por tanto para buscar la verdad rechaza cualquier cosa que se pueda dudar. Así es como empieza la duda metódica, una duda dispuesta a encontrar la verdad. Empieza razonando sobre los sentidos pero estos nos engañan, siguió razonando con la razón pero hay hombres que yerran al razonar, incluso podría haber un genio maligno y además espeta que un sueño es muy real mientras sueñas. En conclusión duda de todo lo que había entrado en su espíritu y mientras estaba dudando de esto se da cuenta de este hecho evidente, estaba dudando y si duda existe, esto se le presento de una forma clara y distinta por lo que lo toma como el principio de su filosofía, nadie podría dudar de él, ni el más escéptico.

3-. REDACCIÓN: la duda metódica en la filosofía y en la moral cartesiana. (5 puntos).
 Descartes al querer indagar la verdad, vio necesario rechazar como absolutamente falso todo aquello que le presentara la menor duda, quería tener la creencia de que fuera indudable. Se dio cuenta que en la moral también buscaba lo mismo, una verdad indudable para poder actuar siempre correctamente, pero también se dio cuenta de que la moral no se puede retrasar, es decir, siempre estas actuando, aunque no hagas nada. Por tanto se vio en la obligación de construir una moral provisional (lo puso reflejado en una metáfora que dice que antes de derrumbar toda tu casa para hacerla perfecta te tienes que proveer de un pequeño habitáculo para poder vivir mientras tanto). La diferencia entre las dos era que la razón, y la búsqueda de la verdad si podía esperar, así que para encontrar la verdad usa la duda metódica, no se conforma con nada que no sea absolutamente verdadero. Pero para la moral que su fin también era la verdad, de manera provisional se conforma con los acontecimientos actuales para más adelante utilizar la duda metódica y así encontrar la verdad.

Entonces, la duda metódica se convierte en la base de la filosofía para encontrar la verdad. Está duda aparentemente escéptica duda de todo, de los sentidos, del razonamiento, de las matemáticas porque podría existir un Dios engañador, básicamente duda de todo lo que había entrado en su espíritu hasta el momento. Por lo tanto se dio cuenta de que estaba pensando y que existía. Ahora Descartes sabía que él como ser pensante existía, y se encontraba en el solipsismo, pero después al demostrar la existencia de Dios sale de él. En resumen Descartes utiliza la duda metódica para encontrar una verdad clara y distinta para que la base de su filosofía sea fuerte, y de ahí deducir las otras verdades. Así que lo que consigue Descartes con la duda es el principio de su filosofía, y así, ninguno podría dudar ni debatir sobre su filosofía.

Por otra parte, Descartes también quiere buscar la verdad en la moral como se ha reflejado anteriormente, pero necesita de la moral provisional sin utilizar la duda metódica para seguir viviendo, actuando hasta encontrarla. Esta moral es básica, se trata de no resaltar mucho, vivir lo más felizmente posible mientras te dedicas a razonar y a buscar la verdad. Descartes para esta moral provisional afirma que hay tres o cuatro máximas. La primera máxima era actuar conforme a las leyes de estado, tomarlas como buenas, y tomar la religión en la que habías sido instruido de pequeño. Afirma que siempre es mejor seguir la moderación, alejarse de los extremos porque en el caso de que te equivoques es más fácil rectificar. La segunda máxima era seguir las acciones que realizas como indudables como indudables, porque tú lo que tienes que hacer ante una situación es actuar con lo que sabes, lo mejor posible, así que nunca te podrás arrepentir, porque si has actuado lo mejor posible y no lo has conseguido es que era imposible. En este punto también he introducido la tercera máxima. La cuarta era cultivar la razón mientras aplicas la moral provisional, y te cultivas en la razón para encontrar la verdad, y para esto posteriormente se utilizara el método.

En conclusión, toda su filosofía se basaba en el método pero en la moral era necesario una moral provisional antes de aplicar este, por lo cual, Descartes creo la moral provisional y más tarde quería aplicar el método a la moral pero al final no lo hizo.



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